Cuevas

La generosa reforma de una cueva en la calle La Palma

Carlos Moreno | Viernes, 16 de Julio del 2021
{{Imagen.Descripcion}} Reportaje fotográfico de Francisco Navarro Reportaje fotográfico de Francisco Navarro

Tradición y modernidad se encuentran a centímetros de distancia en la cueva que, con muy buen criterio, han restaurado Héctor Cruz y Carmen Sarmiento, matrimonio cubano que abrió  la Clínica Unión Médico Dental en la calle La Palma de Tomelloso.   Las líneas modernas y blanquecinas de la clínica contrastan con los tonos ocres y rojizos de una maravillosa cueva reformada con un absoluto respeto a su primitiva esencia.  Y volvemos a recordarlo;  los artífices de esta reforma vienen del otro lado del Atlántico y nos resulta admirable. Con la construcción del edificio la cueva estuvo a punto de pasar a mejor vida, como tantas otras, pero la construcción  les llamó tanto la atención que Héctor y Carmen decidieron arreglarla.

Al bajar los peldaños de la escalera nos convence el primer detalle, con tiras de iluminación led en cada uno de ellos. Por arriba, descubrimos la tosca pura y dura, con algún resto negro del temible tufo de los viejos tiempos, sin ningún revestimiento, en un estado casi perfecto. José María Díaz nos enseña las huellas de la entrada primitiva por donde introdujeron las tinajas de barro.

Ya en la cueva nos impresionan las diez tinajas de cemento, de unas cuatrocientas arrobas de capacidad, pulcramente pintadas en un tono granate combinado con el blanco. Dos de esas tinajas se han abierto intencionadamente para crear una zona estancial que debe ser un paraíso para los amantes de la lectura o la buena conversación. En los extremos se ha revestido con un material que imita a la madera y  justo en medio hay un pilar de refuerzo en el trayecto de un antiguo pozo de agua. El pilar se utiliza también como botellero. Otra ingeniosa solución.

Apunta el experto en cuevas que “la obra realizada se ha hecho como antiguamente, con arena y cal, no han recurrido para nada al cemento”. José María recuerda la consulta que les hizo el matrimonio antes de emprender la reforma. “La cueva estaba abandonada, llena de escombros y ellos decidieron restaurarla. Tuvieron unos problemas con la construcción de la escalera y yo les propuse que llegaran a la propia cueva para evitar esos enormes peldaños que tenía inicialmente. Además les aconsejé que no le echaran nada al techo y la dejaron muy bien respetando como era originalmente.  Antes, esta cueva tuvo tinajas de barro y es una de las más antiguas de la ciudad”.

Con la canícula de julio apretando de lo lindo en la superficie, alargamos nuestra estancia en la cueva donde disfrutamos un fresquito que es una bendición. Admiramos más elementos, el balaustre, la lumbrera con un imponente desgarre trapezoidal, la pintura color almagre aplicada sobre las tinajas y el buen aprovechamiento de una fresquera convertida ahora en una pequeña barra de bar. Las bombillas que alumbran la cueva están atadas a unas tomizas, también hay iluminación en el interior de las tinajas creando un bonito efecto. Una imagen de la Virgen de la Caridad aparece en una hornacina y hasta los interruptores pertenecen a la mejor época de la cueva.

Antes de subir, José María nos ofrecerá una curiosa explicación sobre como hacían los moldes del balaustre. “Utilizaban unos tarugos para sujetar las tres piezas, haciendo una especie de caja que permitía montar las tres piezas. Después se hacía mortero de cemento, pero sin llegar a amasarse, húmedo, y se iba echando y luego se ponían varías varillas de alambre. Un proceso muy laborioso que iban haciendo de uno en uno”.

Setenta y cuatro visitas

Esta cueva es la número 74 que hemos visitado los periodistas de La Voz de Tomelloso. Realizamos reportajes por simple inquietud periodística, acompañados de un sabio tinajero y una excelente arquitecta que nos aportan mucho y bueno,  tratando de poner en valor estas singulares construcciones. Nada más. Cualquier otro periodista, escritor, reportero o investigador puede hacerlo, venga de donde venga,  lleve el tiempo que lleve en la profesión, sin que haya que dar o quitar galones en esta labor. Hilvano el argumento para rebatir la tesis aparecida en un artículo en donde alguien parece dar y quitar credenciales para hablar de cuevas. De estas maravillosas construcciones puede hablar quien lo desee y quiera, con el modo, método y estilo que mejor le parezca. Y así lo seguiremos haciendo en La Voz de Tomelloso con estas 74 visitas, equivalentes al mismo número de redacciones y reportajes fotográficos que pensamos alargar más allá del centenar. Y lo tenemos que agradecer a los tomelloseros que generosamente nos abren las puertas de sus casas y a nuestros lectores que con tanto interés siguen esta sección.  




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