David Martín Bernal regenta junto a su mujer, Janet Hernández Brito, la Clínica Veterinaria Jayda que en mayo de 1999 abrió sus puertas en Tomelloso. Casi un cuarto de siglo de existencia de un establecimiento que ha dado un magnífico servicio a la ciudad gracias a la profesionalidad y entrega de un equipo preparado, comprometido y con gran vocación. La Voz de Tomelloso ha querido conocer más detalles sobre la trayectoria de la clínica que vela por la salud de nuestros animales.

-¿Cómo fueron los inicios de la  clínica en Tomelloso?

-Estamos a punto de cumplir 23 años. En  aquella época, Janet trabajaba en Tenerife y yo estaba en Málaga y después pasé a una empresa de Jaén, todo en el mundo de la veterinaria. Por azares de la vida me mandaron a Tomelloso y tuve oportunidad de quedarme con un local y empezar a gestar el proyecto de la clínica.

-Echando una mirada atrás ¿están satisfechos con el camino andado?

-Sí. La clínica ha ido creciendo y estamos muy agradecidos a Tomelloso por esa confianza que ha depositado en nosotros. La mentalidad de la gente ha ido cambiando y eso nos obliga a tener que ponernos al día y a formarnos continuamente. Cuando nosotros empezamos apenas había veterinarias en Tomelloso, solo  Felipe, de Clínica San Antón. Ahora hay más y pienso que es bueno, en el sentido de que la competencia leal te obliga a no bajar nunca la guardia.

-El mundo de los animales atraviesa un boom espectacular ¿no cree?

-Las cosas han cambiado mucho pensando  siempre en  el bien de los animales. Las nuevas leyes favorecen el bienestar animal y nosotros tenemos que responder de la mejor manera a esa nueva mentalidad y filosofía.

-¿Cuáles son los servicios que ofrecen en Clínica Veterinaria Jayda?

-Ofrecemos todo tipo de servicios. Además de la medicina generalista, contamos con especialidades y servicios como el diagnóstico por imagen, compañeros que están especializados en exóticos, oftalmología, dermatología, traumatología…abarcamos unas especialidades que nos obligan a formarnos continuamente en cursos. Estudiamos más que cuando éramos estudiantes. Otro compañero, Alberto, lleva el servicio de peluquería. En total, estamos cinco veterinarios, una auxiliar, un administrativo y el peluquero, ocho en total. Contamos con este personal para atender la creciente demanda.

-Cuentan con una clientela muy fiel ¿cómo se consigue eso?

-Cuando veo perros, gatos o cualquier otra mascota que nos llevan trayendo más de quince años me produce una gran satisfacción. El mundo de la clientela es complicado. Puede ser  fácil conseguir un cliente, porque te viene, pero lo difícil es mantenerlo después. Hay que ganarse su aprecio y confianza. Nosotros estamos muy agradecidos al pueblo de Tomelloso porque ha respondido a nuestro esfuerzo y trabajo por el bienestar de sus mascotas. Mis hijos son tomelloseros de pura cepa y nuestro mundo está aquí. También contamos con clientela de los pueblos de la comarca y alrededores: Ossa de Montiel, Argamasilla de Alba, Pedro Muñoz, Socuéllamos o Alcázar de San Juan.

-¿Cómo pasaron los duros meses del Covid?

-Nos afectó mucho, como a todas las empresas en general. Tuvimos dos meses con las puertas de la clínica cerrada, iban entrando uno a uno y tuvimos que quitar todo lo que no fuera urgente como la cirugía o las vacunas y solo mantuvimos las consultas. Fue una época muy dura, sobre todo aquellos dos primeros meses, pero afortunadamente luego se fue normalizando la situación y pudimos recuperar nuestro pulso normal de actividad.

-¿Piensan acometer algún nuevo proyecto en la clínica?

-Poco a poco hemos ido creciendo y llega un momento en el que decides si merece la pena dar nuevos pasos. Y en esta disyuntiva estamos ahora. Junto a los compañeros, estamos analizando  la situación. Hoy día hay que tener mucho cuidado donde te metes, porque una mala decisión puede provocar que se venga abajo todo lo que has hecho a lo largo de tu vida. Nosotros esperamos seguir estando a la altura que exige un buen servicio de cuidado de mascotas.