Opinión

Hilario V. Adalía

Juan José Sánchez Ondal | Sábado, 30 de Julio del 2022
{{Imagen.Descripcion}}

Llevamos ya algunos capítulos hablando de Hilario y de su amor, Adalía. ¿Qué sabemos de ella, de su figura, de su porte, de su edad, de su condición? Casi nada. Hilario no la describe como suelen hacer otros poetas. Como otros, en cambio, guarda sobre ella una gran discreción.

Hay un dato que me llamó la atención al leer la primera referencia que le dedica: cuando escribe aquello de que “Así como otros poetas han disimulado el verdadero nombre de sus musas y el mismo Alonso Quijano trocó el de Aldonza por Dulcinea, yo guardaré en mi corazón el auténtico nombre de la que fue causante de mis goces y desequilibrios, máxime cuando existen razones objetivas para que aquel gran amor que por un tiempo compartimos, quede en el arca blindada de nuestras solas memorias. Pero pues he de darle un nombre, la llamaré Adalia, que “diosa del fuego" significa.”   ¿Qué razones objetivas se darían para que el verdadero nombre de Adalia lo guardara en el arca blindada de sus solas memorias? Frase que hace volar la imaginación. Pero sin fundamento, pues nada sé, nada puedo aportar en este sentido.

En cuanto al físico, solamente en tres poemas se le escapa algún dato de ella, no demasiado relevante: En uno, nos habla de  sus manos blancas, de  la melodía de su mirada, de su carácter: el fuego de su enojo, su reproche. En otro, le pregunta al viento por su  melena negra, por su sedoso pelo, por sus labios cenceños y sigue  el recuerdo de sus altivos senos, de su gallardo porte sobre los pies pequeños. Si nos fijamos en su sombra, Hilario, en un poema que le inspira Cernuda, habla de “esa sombra alargada / de ciprés femenino /cimbreante./ Esa sombra callada, / tan solo rumorosa / a mi caricia antigua, / al beso de mi brisa.” Son los únicos datos que he hallado de Adalia. Aquí están esos poemas en que la alude.

Se aferra Hilario a los recuerdos, al recuerdo de su amor y al desamor de Adalia, al de su ser, incluso al de sus manos blancas. Es lo que le mantiene vivo, lo que le sostiene “al filo del olvido”. Es lo que constituye… su alimento. Así lo expresa en este poema:

 

“Dame el recuerdo de tus manos blancas

 para que su caricia me sostenga.

Estoy al borde de toda esperanza,

al filo del olvido de tus labios.

 Dame la sensación de tu censura, al menos,

de tu queja madura sin excusa.

Dame la melodía de la mirada,

el fuego de de tu enojo, tu reproche.

Dame tu despedida. Pero dame

memoria de tu ser. Es mi alimento.”

 

En este otro poema dice:

 

 “Se ha levantado viento

 y nos han recogido.

 Las ramas del almendro

 le arrancaba susurros,

saludo de otros sueños.

En un joven cimbreo

le acompañan un trecho

y le dicen adiós

con su perfume nuevo.

Oscureció. Vinieron

bandejas con la cena,

píldoras de veneno.

He podido, por suerte,

guardarlas en el pecho.

Y por eso hoy escribo.

Le he preguntado al viento

por tu negra melena,

por tu sedoso pelo

por tu sonrisa cálida.

¿Tendrás blanco el cabello?,

¿Arrugas en el rostro

y  en tus labios cenceños?

 En mi recuerdo sigues

con tus altivos senos,

con tu gallardo porte

sobre los pies pequeños.”

 Y por último, en “Esa es mi vida, sí”, dice vivir en un lamento entre dos sombras que no son sino las de ambos, la gris suya y la estilizada de Adalia por cuya vida se pregunta.

“Esa es tu vida:

Líquido lamento fluyendo entre sombras iguales”.

(De qué país)

Luis Cernuda

 

 

“Esa es mi vida, sí.

Lamento permanente

fluyendo entre dos sombras

igualmente dispares.

La mía, gris oscura.

La tuya, esa sombra alargada

de ciprés femenino

cimbreante.

Esa sombra callada,

tan solo rumorosa

a mi caricia antigua,

al beso de mi brisa.

Esa es mi vida, sí.

¿Cómo será la tuya?

No sólo poesías figuran en el cuaderno de Hilario. Hay también pensamientos, frases, bocetos, pronto abandonados, de artículos, trozos de diario. Copio éstos pensamientos que encontré dispersos:

“¿Cuándo llegará el viento que aviente este dolor de tu abandono?”

 “Sombras y oscuridad  desdibujan tu marcha  hacia el olvido,”

 “Pagué el justo tributo del silencio cuando enterré tu nombre en el vacío.”

“Vivir  sólo es morir, después de haber nacido.”

 

Madrid, 28 de julio de 2022

 

1422 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}