Todo lector de las obras de García Pavón (y el que suscribe lo es
empedernido), sabe que “El Infierno” fue la fábrica de muebles de su abuelo
Luis. Por ello me llamó la atención una columna del semanrio “Buen humor” de
primero de enero de 1928, n.º 317, página 28, que, bajo el rótulo del mes de “Agosto”,
comenzaba diciendo: “Probablemente el lector ignorará que el Infierno… está instalado en
Tomelloso desde el año 1917.” Creí que el autor iba a hacernos la historia de la expresada
fábrica y, de paso, del abuelo Luis García, pero no.
Claro que no tenía mucho sentido en un semanario como el satírico y
humorístico “Buen humor”. Cuando, tratando de conocer al firmante, veo que se esconde
tras el nombre de MAGDALENO
ROMPEFLAUTAS y que se “subnombra”
“Pescador de catarros”, confirmo que se trata de lo que en tal periódico
encajaba, es decir, de una humorada. Pero de una humorada simpática que no me
resisto a reproducir.
He intentado descubrir el
nombre y los apellidos, de entre los ilustres colaboradores del semanario, del
que pudiera ser el autor del escrito y propietario del gracioso seudónimo y
“subnombre”, pero ha sido en vano.
El escrito dice
así:
“Probablemente el lector ignorará que el Infierno, denominado también
"Demonios de Plutón", "Antro de Satanás", "Casa de
huéspedes", etc., etcétera, está instalado en Tomelloso desde el año 1917.
Sin embargo, así es. El
Infierno, con Pedro Botero, sus calderas, sus tridentes y demás atrezzo se
halla en Tomelloso.
Voy a contaros cómo
sucedió esto.
Corría que se las
pelaba el mes de agosto de 1917, y en la
muy noble villa[1]
de Tomelloso hacía un calor que mondaba con cuchillo de cocina.
Los pájaros se asaban
en las ramas de los árboles; las gallinas ponían los huevos fritos; los cerdos
iban de un lado a otro con el jamón cocido; los habitantes de Tomelloso se liquidaban sudando, hasta
el extremo de que muchos de ellos quedaron convertidos en un charquito, y
cuando alguien pronunciaba una frase como "¡está usted fresco!" o
" ¡me habla usted con mucha frialdad!" el pueblo en masa fusilaba al
que se atrevía a halblar de esa forma.
En tales circunstancias
murió Hipólito Cachucha, vecino de Tomelloso,
hambre tan malo y perverso que a la hora de morir tuvo el cinismo de decirles a
los que le velaban buscando a su lado el frío de la muerte:
— ¡Os fastidiáis, que
yo, dentro de un rato, voy a quedarme helado!...
Comprenderéis que un
hombre tan infame tenía que ir al Infierno de cabeza. AI entrar en los dominios
de Lucifer, Hipólito respiró a gusto.
— ¡Qué fresco hace en
el Infierno!— dijo.
Y cuando le metieron en
su caldera empezó a tiritar. El diablo indagó la causa de aquello.
—Es que yo — le explicó
Hipólito— vengo de Tomelloso donde
la temperatura es diez grados más calurosa que aquí.
Satanás se mordió una
uña, recapacitó e inmediatamente organizó la mudanza y se trasladó con todos
sus bártulos a Tomelloso. Sólo que
pasó agosto, llegó el invierno y ahora Lucifer está arruinándose comprando
carbón de Asturias.
MAGDALENO ROMPEFLAUTAS
(Pescador de catarros.)”
Ha transcurrido el tiempo y se han multiplicado los
procedimientos de comunicación, pero sigue con humor la consideración de
Tomelloso como infierno agosteño.
Hace unos días Ramón Serrano me enviaba por guasap un chiste
gráfico en el conversan un general americano y Rambo, manteniendo el siguiente
diálogo:
“Rambo
- ¡Dios mío aquello fue un
infierno!
General - ¿Te refieres a Vitmanam, verdad Rambo?
Rambo - ¡Que coño Vietnam, ayer a mediodía que
estuve en Tomelloso!”
Madrid, 3 de agosto de 2022.
[1]
Publicado el artículo el 1 de enero de 1928 y, escrito, como es natural, algún
día antes, no debió dar tiempo al autor a conocer que el rey Alfonso XIII, como regalo navideño, por
Real Decreto Nº 2.291, de 24 de diciembre de 1927, refrendasdo por el
El Ministro de la Gobernación Severiano Martínez Anido, publicado en la Gaceta de Madrid, Núm. 364 de 30 Diciembre
1927, “Queriendo dar una prueba de Mi Real aprecio a la villa de Tomelloso,
provincia de Ciudad Real, por el creciente desarrollo de su agricultura,
industria y comercio, y por su constante adhesión a la Morarquía”, le concedió
“el título de Ciudad y a su Ayuntamiento el tratamiento de Excelencia”.
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Domingo, 10 de Diciembre del 2023
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