Economía

La Ruta del Vino de La Mancha, el hogar donde saciar tu hambre de otoño

La Voz | Jueves, 6 de Octubre del 2022
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Otoño y puchero son dos conceptos irremediablemente conectados. Conectados entre sí y a la tranquilidad, al abrigo. El verano acabó, los días se acortan y la mente busca reconfortarse en torno a una mesa con cuchara y copa de vino. Busca calor, terapia tradicional. La mente busca respiro, busca refugio y lo encuentra en la Ruta del Vino de La Mancha. El lugar donde rebañar las gachas con un buen trozo de pan y entrar en calor.
Trecientas mil hectáreas de viñedos te llenan la copa de tinto, blanco o rosado a cada sorbo. Unas cuñas de queso manchego, un chorrito de aceite de oliva, el recuerdo del azafrán en el paladar. La vendimia se recoge en la Ruta del Vino de La Mancha y cede el testigo al hambre, que se calma con cuatro planes de gastronomía y patrimonio que saciarán tus ganas de otoño.
Degusta Tomelloso
Quizá una de las paradas más inspiradoras de la Ruta del Vino de La Mancha. A las puertas del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, un oasis en mitad de la llanura manchega, Tomelloso es un destino perfecto para románticos, amantes del vino y el buen comer y admiradores de la cultura vitivinícola. Del 20 al 23 de octubre, este rincón de Ciudad Real celebra Degusta Tomelloso, una cita gastronómica en la que es obligatorio darse un homenaje. Calderetas de cordero, conejo, embutidos, aceites, quesos manchegos y dulces típicos, como el pan de Cruz, son solo el aperitivo de esta feria en la que todo se marida con los mejores vinos de la tierra manchega: ¡el mayor viñedo del mundo!
Al otro lado de la puerta, una ciudad tan vibrante como tradicional espera. Tomelloso es una auténtica sorpresa. Desde mediados del siglo XX presume de ser el primer productor mundial de alcohol vínico, un título cuya historia ha dejado grandes tesoros escondidos: miles de cuevas excavadas bajo los cimientos de Tomelloso para almacenar vino e infinitas chimeneas (hasta 45 metros de altura) que dibujan el cielo de la ciudad, herencia de las alcoholeras. El vino cuenta la historia de esta localidad manchega desde el siglo XVIII, su gran época de esplendor cuyo máximo exponente es la Posada de los Portales, declarada monumento histórico-artístico y una excusa perfecta para acercarse a este punto de la Ruta del Vino de La Mancha.
Fiesta de la Vendimia de Argamasilla de Alba
La última oportunidad de vivir la vendimia en el mayor viñedo del mundo está en este lugar de cuyo nombre Cervantes no quería acordarse. Si eres de los que disfruta catando vino a pie de calle, Argamasilla de Alba es tu parada. El 8 y 9 de octubre celebra su XXI Fiesta de la Vendimia, que arranca con una cata de vinos a las 19 horas en la Casa de Medrano, cueva donde nuestro escritor más afamado estuvo preso y donde además encontró inspiración para comenzar a escribir la que sería la obra más universal de nuestra literatura: Don Quijote de La Mancha. ¡No podría haber mejor lugar para una cata de vinos manchegos!
El hambre de otoño se calma en la clausura de la vendimia, pues el día 9 en el Auditorio de Verano de la localidad tendrá lugar un Concurso de Migas (12.30 horas) de las que se podrá rendir buena cuenta a partir de las 14.30 horas. Tradición, gastronomía y patrimonio en un solo fin de semana de vendimia.
Azafrán: camino en Villarrobledo, zarzuela en La Solana
Pero el campo en la Ruta del Vino de La Mancha es mucho más que viñedos y cereales. El azafrán es motivo de orgullo en dos paradas ineludibles: Villarrobledo y La Solana, cuyas tierras se tiñen de morado a finales de octubre con la floración de esta valiosa especia. ¡Un espectáculo de extraordinaria y efímera belleza que merece la pena observar!
La recogida del azafrán es una tradición ancestral que preservar y de la que empaparse en Villarrobledo, donde además de poder mancharte los dedos de amarillo arrancando los pistilos de la flor, podrás sentarte a degustar las delicias que los restaurantes de la zona preparan con este ‘oro rojo’. Apuesta segura es el Restaurante Azafrán de la laureada chef Teresa Gutiérrez, categoría Bib Gourmand en la Guía Michelin y cuya carta es medicina para el otoño.
La Solana celebra el nacimiento de la Rosa del Azafrán con otro tipo de arte, también de categoría. Del 14 al 23 de octubre en el Teatro Tomás Barrera de la localidad, se celebra la 39ª Semana de Zarzuela, fiesta declarada de Interés Turístico Nacional y una excusa perfecta para acercarse a la Ruta del Vino de La Mancha y darse un homenaje de zarzuela, vino y gastronomía manchega.
Campo de Criptana: molienda, cata, gastronomía y estrellas
La Sierra de los Molinos de este municipio de la Ruta del Vino de La Mancha atrapa la luz del otoño desde el alba hasta el anochecer y cuando cae el sol, la magia se multiplica. Todos los viernes de octubre y el primero de noviembre, cuando empieza la noche, surge la oportunidad de conocer el corazón criptanense bajo la luz de la Luna. Es ‘Criptana bajo las estrellas’, que desde la ermita de la calle Santa Ana te guía por el barrio del Albaicín, el Cerro de la Paz, la casa-cueva de la Pastora Marcela, el molino Sardinero y un paseo mágico entre los molinos iluminados, que culmina en el Centro de Interpretación del Molino Manchego. Un paseo de dos horas entre gigantes que abre el apetito al otoño manchego: sosegado, en calma y precioso.
Desde lo alto del cerro, la llanura luce tranquila y las mesas alrededor derrochan olores y sabores de la tierra. Es la gastronomía manchega eclosionando al llegar los primeros fríos. Un pisto, unas migas de pastor, un arroz de otoño recién hecho… Un alto en el camino para maridarlo con una buena copa de vino y a pasear por la Plaza Mayor. Hasta el 16 de octubre acoge la exposición ‘Un patrimonio de todos’, una muestra de lo que la Historia nos va dejando en herencia, de lo que tenemos al alcance y de lo que debemos apreciar. Un motivo más para presumir de la Ruta del Vino de La Mancha. Aquí no hay prisa. ¡Es otoño!
El primer domingo de cada mes te espera una molienda tradicional en uno de los ‘gigantes’, declarados Bien de Interés Cultural y, si llegas a tiempo, podrás subirte en el Tren de los Molinos (8 y 22 de octubre). Un viaje de ida y vuelta a la calma para toda la familia. Una excursión en la que recargar las pilas para el invierno con monumentos, cata de vinos, bodega y molinos incluidos. ¡La verdadera aventura de otoño!

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