“Cansado del positivismo patológico de ideas fáciles de los libros de autoayuda, coaches e influencers”, se decidió a escribir este libro “realista”. “Apuesto por menos positivismo y más realidad, por la aceptación personal. Soy de las personas que prefiere darse un baño de realidad antes de crear un mundo ideal en el que todas las personas crean que todas ellas pueden llegar donde quieran. Estoy en contra de esa idea, creo que cada persona puede llegar hasta donde sus capacidades le permitan”.

Eso supone “muchísima aceptación” respecto a la realidad, explorar tus capacidades para llegar hasta donde puedes alcanzar, comprender que no siempre puedes ganar y “entender que perdiendo también puedes aprender”.

Profesor de Enfermería en el Francisco García Pavón de Tomelloso, Calvo López vuelca desde “una perspectiva muy personal” sus experiencias en relación tanto con los problemas que observa en los adolescentes como con las dificultades propias que se ha ido encontrando. Así, va explorando la temática desde muy diversas vías, desde, por ejemplo, la crisis inmobiliaria de 2008 hasta un partido de tenis que como jugador iba ganando y termino perdiendo.

Como le decía su padre, ‘no hay que tener una actitud derrotista’, pero también hay que aceptar las derrotas ya que el que “se arriesga a ganar se arriesga también a perder”, expone el autor manchego, quien ha practicado de manera activa hasta que se hizo “daño en la rodilla” el tenis, deporte que le enseñó “lo débil que soy, las ilusiones que tienes cómo se pueden romper, que al otro lado de la red no hay amigos sino rivales, y que en el mismo lado de la red el rival eres tú mismo, tú solo con tus pensamientos eres quien maneja el partido y las sensaciones, ganes o pierdas”. En este sentido, destaca la importancia del esfuerzo de superación que te lleva a mejorar, pero sin lamentarse por no llegar a ser, por ejemplo, el mejor tenista del mundo.

Así mismo, en el libro habla de los mecanismos cerebrales y cómo componentes químicos como la dopamina, serotonina y oxitocina influyen en el color del cristal con el que vemos el mundo.