Castilla-La
Mancha dispondrá de un Cuerpo Superior de Investigadores, que nace tras
la aprobación de la Ley de fomento y coordinación del sistema de
investigación, desarrollo e innovación de la región. Un paso “muy
importante” porque, a partir de ahora, “los
investigadores de todos los centros del IRIAF tendrán que ser doctores o
especialistas en la materia”. Así lo ha señalado el consejero de
Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, durante
una visita al Centro de Investigación Agroambiental
de El Chaparrillo, perteneciente al propio Instituto Regional de
Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La
Mancha.
Se
trata de un reconocimiento para los investigadores de este organismo,
dependiente de la Consejería de Agricultura,
Agua y Desarrollo Rural, que a partir de ahora formarán un “cuerpo
separado del resto de la Administración pública”, una “medida
absolutamente necesaria”, según Martínez Arroyo, para que solo los
especialistas y doctores puedan acceder a esas plazas.
El
IRIAF dispone actualmente de un presupuesto de once millones de euros
al año, aunque el consejero aspira
a que pueda estar dotado con “más recursos públicos y generar más
inversión privada”. El consejero se ha referido a la biorrefinería
Clamber, “un ejemplo muy interesante en el cual podemos ver cómo la
inversión privada va empezando a entrar en un proyecto
de innovación público, convirtiendo la investigación pública de interés
público-privado”.
Investigación
Para
el consejero el “compromiso” del Gobierno castellanomanchego es
“absoluto” con la investigación, a pesar
de que “a veces, es difícil hacer ver que la inversión de hoy es la
riqueza del futuro”. Precisamente por eso se ha organizado el próximo 12
de abril una jornada sobre
‘Proyectos
de Aprovechamiento de Subproductos de la Industria Agroalimentaria en
Clamber’, que parten de la uva de vinificación, la berenjena del Campo
de Calatrava,
el pistacho y la nuez de Nerpio.
En
Castilla-La Mancha “ya sabemos valorizar el producto”, ha afirmado el
responsable de Agricultura, pero “ahora
estamos valorizando el subproducto”, en referencia a los restos que
sobran y de los que se pueden extraer elementos tan interesantes para
otras industrias como los polifenoles, que se aplican en cosmética, por
ejemplo. Y todo esto “lo podemos hacer en Castilla-La
Mancha y tenemos a los mejores para hacerlo”, pues conocen bien los
procesos.
Para
Martínez Arroyo son “ejemplos de economía circular”, algo que se ha
hecho “históricamente” en la región,
donde se han “aprovechado los subproductos de la vinificación desde
siempre, desde hace muchos siglos” y ahora “tenemos la oportunidad de
valorizarlos desde una perspectiva industrial”. “Es espectacular,
podemos hacer un montón de cosas “, ha apuntado.
Acerca
de la investigación en materia agraria y agroalimentaria, Martínez
Arroyo ha recordado que la Consejería
que dirige tiene en marcha 31 Proyectos Piloto, coordinados desde el
IRIAF, para los que “hemos puesto a disposición del sector cinco
millones de euros”. Para realizar estas investigaciones “se está
trabajando con las empresas privadas y con los centros de
investigación” y, en la mayoría, participa la Universidad de
Castilla-La Mancha, a quien el consejero ha agradecido su implicación de
manera expresa “porque hemos conseguido hacer un montón de cosas
gracias al compromiso del rector y de la institución que
preside”.
Importancia del pistacho
Castilla-La
Mancha es la región líder en pistacho, “una potencia”, gracias, en
buena medida a la labor que
se lleva a cabo en El Chaparrillo desde hace varias décadas: “se está
haciendo un buen trabajo”, comentaba el consejero, destacando la
dedicación del investigador José Francisco Couceiro, recientemente
jubilado, que ha sido “clave en el desarrollo de este
cultivo”. Martínez Arroyo ha puesto en valor que El Chaparrillo “es el
centro de referencia a nivel nacional” del pistacho, “con personal muy
cualificado” que ha dedicado “su tiempo para que esto sea posible”.
“A
mí me gusta decir que todos los pistachos de España han salido de aquí,
de alguna manera”, ha indicado el
consejero, en referencia a las varetas de pistachero que durante años
se han repartido desde este Centro. Solamente en Castilla-La Mancha hay
plantadas cerca de 60.000 hectáreas, aunque muchas no han entrado aún en
producción, pues tardan siete años en empezar
a ser rentables.
Por
eso, “tenemos que estar preparados para que, cuando entren en
producción, se quede en la región el valor
añadido, que“seamos capaces de procesarlo”, detallando que no solamente
secarlo, tostarlo, salarlo o trocearlo, sino también hacer productos,
como “el polvo de los helados que venden los italianos”, todo en
Castilla-La Mancha. “Hay que pensar”, ha pedido Martinez
Arroyo, “en la investigación, en la innovación y en la producción de
economía”.
D.O.P. Nuez de Nerpio
Al respecto de la nuez de Nerpio, que es un “producto de excelencia”, tal y como ha recalcado Martínez Arroyo, “pronto habrá avances para que se convierta en figura de calidad, está a punto de tener una Denominación de Origen Protegida en el ámbito de Castilla-La Mancha y de Murcia”, ha declarado. Será supraautonómica y en breve se va a publicar en el Diario Oficial de la Unión Europea.
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Sábado, 4 de Mayo del 2024
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