Y es que el itinerario político de Pedro Sánchez ha estado lleno de elementos que denotan improvisación e incoherencia política. Improvisación porque ha ido cambiando de criterio según le venían los vientos, desde Podemos hasta los independentistas condenados, pasando por alianzas con partidos defensores de quienes asesinaron a compañeros de partido y con la derecha más clasista de este país, PNV.

Un itinerario marcado por continuas concesiones a sus aliados que nos dejan sin saber cuáles hubieran sido sus decisiones políticas y sociales de haber gobernado sin los apoyos referidos, en qué hubiera consistido su proyecto.

Porque da la sensación de que siempre actuó llevado en unas andas políticas, eso sí, señalando en todo momento el itinerario a seguir, toda vez que sus aliados eran sabedores que sin él, no tendrían este protagonismo.

Elecciones el 23 J. una fecha elegida que al menos puede inducir a la sospecha de serlo buscando una baja participación y así favorecer su permanencia en el poder y a una falta de tiempo para que los demás partidos de la izquierda no tengan tiempo de reorganizarse y ser él quien aglutine sus votos. Una fecha rebuscada para beneficio propio.

De ser así, de obtener una mayoría suficiente para gobernar, aunque fuera por mayoría simple, podremos conocer cuáles son sus ideas, que encierra su filosofía y praxis política.