Si abandonamos Pinilla por la salida situada más al norte,
por una pista asfaltada que arranca en dirección noroeste, muy pronto veremos
en el lado izquierdo del camino un árbol que destaca enormemente en un entorno
de plantaciones de viñas, tanto en vaso como en espaldera.
Esta zona pertenece al término de
Tomelloso, las tierras, como decimos por aquí, “no están mal”. Ello es que
apenas se ve una tierra que no esté plantada de viña. Árboles, pocos. Lo que sí
veremos serán decenas de bombos
El bombo que construían los agricultores de
Tomelloso ofrece unja decoración inigualable al paisaje. Los levantaban
colocando piedra sobre piedra. Esta técnica se conoce como “piedra seca”. Por
aquí se dice “piedra vana”.
El árbol citado es un pino
carrasco centenario. Está situado en mitad de unas tierras plantadas en la
actualidad de viñedo en espaldera. La variedad es tinto tempranillo. Esta
plantación la riegan con agua del acuífero subterráneo. El pino también se
riega.
Los pinos carrascos son una
variedad de árboles que aguantan bien la sequía de los duros y tórridos veranos
manchegos. Sin embargo, a nadie le amarga un dulce, y el agua, un par de veces
en julio y agosto no le debe venir mal a este gigante. Al menos el excelente
aspecto que tiene nos dice que no le perjudica en absoluto.
Es un buen ejemplar de pino
carrasco, situado en medio de una llanura en la que los árboles escasean y
abundan –como no- los viñedos. Podemos elegir visitarlo solo o en conjunción
con la ermita de Pinilla u otros árboles que reflejaremos en esta serie… O de
decenas de bombos que hay en el entorno próximo.
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Miércoles, 14 de Mayo del 2025