Es posible que sean
auténticos quijotes, esos hombres que en nuestra tierra, con ella se funden,
como herederos de certezas, ilusión, humanismo—el humanismo de unos, frente a
la inhumanidad de los otros y de las divinidades—, esperanza, paisaje y espacio-tiempo…
Y la verdad es que no aprenden a vivir más materialmente, en una tierra entre
bastante pancista, menos quijotesca, reseca y envejecida. No dejan de estar
cercanos, en su tertulia de ruina material, a los efectos de magia e ilusión de
su orbe, más que a la realidad de sus penurias… No reparan en decir lo que
piensan; no corrigen esa manía funesta que, a veces, los lleva a la
desesperación de su existencia; protegidos, únicamente, por las esquinas y
parapetos de su “espíritu” … Es como si no se percatasen de la realidad de esta
tierra, de la vida y de su propia supervivencia… Pero no es gaga su mente y
prefieren mantenerse sin ser estúpidos, manipulados y limitados…; sin engaños,
como si pretendieran ir formando una especie de equilibrio y compensación para
la especie humana. Por ello, los PANCISTAS, que no Sanchos, viven enfurruñados,
encorajinados, ciscados —pese a estar instalados en una “orografía” dominante—y
no se pueden zafar del temor, de que algún día queden “desabrigados” y al “descubierto”
…
Inconformes siempre, los
Quijotes, por momentos rendidos, piensan también, que todo es como una especie
de esperanza perdida y, casi vencidos, dan por inútil su obra y sus acciones
sensatas y bienintencionadas, azogadas con una pizca de “locura” … Y es que, su
tierra paridora de lo trascendente, también lo es de mucha envidia y mala fe… Y
absorta en simplezas se recuesta en su propio medro… Por eso, los Quijotes no
proponen esa consecución…: porque el fin propio, inteligente y cabal del ser humano,
en cuanto a ser humano, con toda su inmensa “suma”, se desvanecería. Quijotes
que, por escaso que sea su retiro y soledades, —“a mis soledades voy, de mis
soledades vengo…”; así es admirado Lope—viven y mueren sin, apenas, ser “vistos”
y también “esquivados”, desconocidos; incluso por aquellos que les son más
cercanos en amistad (?) y parentela. Quijotes sumidos en universos de soñadoras
reservas, que los mueven a fraguar quiméricas singladuras… Quedando expuestos,
a veces, a la incertidumbre y a la duda constantes…
Esos Quijotes, espíritu de fantasía; con el sólo espejismo de la esperanza, la verdad y la ilusión, seguirán en su tierra almacenando quimeras y filosofía de lo imposible… Y cuando estas sean fallidas, se iniciarán nuevos delirios… Mientras los ayeres, eternidad del tiempo, entran en otras orlas del espacio-tiempo, ellos irán “armando” parte de un eventual porvenir y de una imprevista potencia creativa; que hará imperecedera la dimensión de la sinceridad, de la verdad y de la plácida libertad…
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Viernes, 9 de Mayo del 2025
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