La historia de Miel Ferrandis Artesana se remonta al año 1917, cuando Marcelino Ferrandis empezó con las colmenas en un pueblo de Valencia. Cogería después el testigo su hijo Manuel, que fue profesor de Enología en la Escuela de Capataces de Tomelloso, hasta que decidió dedicarse también a la producción de miel. La explotación apícola camina ya por la tercera generación y ahora  la dirige Víctor Manuel Ferrandis Guzmán, que desde niño aprendió todos los procesos para la extracción y cuidado de las abejas. Hoy es un gran profesional que atesora una valiosa experiencia de treinta años en el sector. Realizamos este entrevista en sus instalaciones, a primera hora de la mañana, justo cuando Víctor y su mujer se disponen a iniciar una nueva jornada de trabajo.

-Acaban de reconocerles con un Viñador ¿lo esperaban?

-No, ni muchísimo menos, siempre piensas que hay gente más importante por delante. Pero me llamó Eloísa Perales para decírmelo y la verdad es que fue una grata sorpresa.  Nos sentimos muy orgullosos. Mi padre llegó a Tomelloso en el año 1968 y acabó sintiéndose muy identificado con una ciudad que lo acogió de maravilla. Tomelloso recibe bien a la gente que viene a trabajar.

-Más de un siglo de trayectoria  contempla a Miel Ferrandis…

--Sí, empezó mi abuelo, siguió mi padre y ahora estoy yo. Aunque en casa siempre tuvimos algo de venta, nosotros destinábamos la mayor parte de la producción a la venta a granel. Un día nos llamaron del Ayuntamiento para que participaramos en el Mercadillo Tradicional de la feria y tuvimos un éxito exagerado. Y fue el punto de inflexión que nos animó a iniciar todos los trámites administrativos y sanitarios para montar el obrador. El producto ha tenido una gran acogida en Tomelloso. La gente aprecia y quiere nuestro producto. Hay quien nos dice que nuestra miel sabe a miel, diferenciándola de otras que están muy lejos del proceso natural que nosotros seguimos a rajatabla: de la colmena al bidón y del bidón al envase.

-¿Hay tradición apícola en la Mancha?

-No. En esta zona no hay mucha tradición apícola al haber poca variedad floral, todo lo contrario que en la zona de Requena y serranía conquense que fue donde empezó mi abuelo. Allí había mucha más variedad floral y un periodo mucho más largo. Aquí tenemos un periodo muy corto de floración, por eso estamos pocos apicultores.  Nos estamos moviendo mucho en el tema de la polinización. Antes había polinizadores en el campo, había insectos, sin embargo ahora no es así. Muchos agricultores nos alquilan las colmenas para polinizar almendros, melones, sandías, tomates, calabazas…La abeja es el mejo polinizador que existe, pero tenemos el problema de los tratamientos que se aplican a los cultivos que le afectan mucho a la abeja que llega a tener cuatro veces más olfato  que los perros.   

-Suele decirse que la miel es un producto con muchas propiedades beneficiosas ¿no es así?

-Es muy común tomar leche con miel para curar un resfriado,  aunque lo recomendable es tomarla durante todo el año para adquirir una resistencia frente a cualquier resfriado o enfriamiento. De hecho, empieza a ponerse de moda la apiterapia, una técnica que usa los productos de la abeja para curar diferentes enfermedades y afecciones. La miel, el polen, la cera y el veneno de abeja son los remedios utilizados en esta terapia alternativa.

-¿Cuáles han sido los sellos distintivos de Miel Ferrandis?

-Nuestra miel es ecológica, elaborada con un procedimiento totalmente artesano y natural, algo que los consumidores valoran mucho. 

-¿Qué peculiaridades tiene el sector apícola?

-Es un sector que ha tenido sus dientes de sierra. Hubo un tiempo en el que mucha gente pensó que era un sector con muchas posibilidades de rentabilidad, pero lo cierto es que se ha ido complicado, por la escasez de lluvias y un cambio de clima que a la abeja le afecta en gran medida. Estamos viendo unos inviernos en los que no hace el frío que debería hacer y eso afecta al proceso de floración. Ahora la profesión de apicultor entraña cierto riesgo, de hecho estamos unos 32.000 apicultores profesionales en España. La abeja está muy bien vista, pero somos un sector muy pequeño, que se ve muy  afectado también por el intrusismo.

-¿En qué ámbito de mercado se mueven?

-Nos movemos en un mercado local y comarcal, aunque puntualmente hemos servido miel países como Francia e Inglaterra. Nosotros vendemos únicamente nuestro producto, al margen de que la cosecha sea más o menos abundante. Nuestra filosofía es la de vender nuestra propia producción. 

-El proceso de introducir una marca siempre es complejo ¿cómo les ha ido a ustedes en este sentido?

-La marca se va conociendo, pero lo importante  es el producto en sí y el nuestro goza de muy buena reputación. Nuestra comarca tiene algunas peculiaridades que le dan muy buena calidad a la miel y la gente lo aprecia. La  miel de la Alcarria ha alcanzado mucha fama porque hace muchos años se puso en marcha una DO. Aquí se podría haber hecho una denominación también, por esas características exclusivas que tiene. Hay que apostar por el producto local y tengo la impresión de que la gente lo va mirando cada vez más.

-¿Considera que las administraciones tienen que apoyar mucho más a empresas familiares como la de ustedes?

-Ahora no nos podemos quejar. Hemos entrado en la PAC, en el ámbito de los agroambientales y eso nos otorga algunas posibilidades de ayudas.  Tradicionalmente, y al ser un sector más pequeño, hemos estado a expensas de sectores mucho más grandes como el del vino, el hortofrutícola o los cereales que se llevan buena parte de los fondos. 

-¿Qué nuevos proyectos tienen en mente?

-Queremos poner en marcha varios proyectos. Uno es de ampliar la gama de venta de productos y también nos gustaría hacer como una escuela o taller donde vengan colegios y grupos para conocer el mundo de la apicultura. Hay que buscar una ubicación y me haría mucha ilusión que fraguara esta idea. He dado charlas en colegios y a los chicos les llama mucho la atención todo lo relacionado con la abeja. Si les digo a los chicos que una sola abeja es capaz de visitar cien flores al día se quedan alucinados. También si le hablas de lo que aprecian la miel en otras culturas como la árabe.