Cuando se hizo público el
conflicto surgido con motivo de la unión de Don Benito y Villanueva, (Badajoz)
al elegir para el nuevo municipio un nombre ya existente, Vegas Altas, se me
ocurrió recoger las referencias a otros Tomellosos que he encontrado en prensa
antigua. Tomelloso como pueblo, como ciudad, es único. Es y ha sido uno, pero
he aquí referencias tomelloseras a ciertos lugares reales o de ficción.
EL TOMELOSO DEL PUERTO DE SANTA MARÍA
La primera referencia la
encontramos en una noticia de hace un siglo, en 1922, en el periódico La Voz,
que, de la agencia Febus, transmite la noticia del hallazgo de un cadáver en
los siguientes términos: “PUERTO DE SANTA MARÍA 30 (11,20 n.) En un campo de
este término municipal, conocido por el Tomelloso, ha sido hallado el cadáver
del anciano José Romero Alcón, de ochenta años. El Juzgado se personó en el
lugar indicado y ordenó el levantamiento del cadáver. Parece que se trata de un
accidente casual”.
EL TOMELLOSO DE CABEZA DE BUEY
En el término pacense de Cabeza
de Buey, encontramos diversas menciones de una finca así llamada. La primera en
La Voz de Asturias de Julio 22. 1928. Desde Campanario, el periódico informaba
de una desgracia varias veces repetida en aquel verano: la muerte de dos
obreros del campo: Salvador Caballero de 37 años y Benito García, de 38. Al
descargar una horrorosa tormenta ambos se refugiaron “tras unas angarillas”
(“gavillas”, precisan otros medios), sobre las que cayó un rayo matándolos. El
suceso aconteció “En una finca del Tomelloso.”
Con más detalle, el Correo
extremeño precisa que, en Cabeza de Buey, en la tarde del 20 de julio de 1928,
descargó una tormenta y una chispa eléctrica mató a dos vecinos de esa
localidad. Cuando Salvador Caballero, de sesenta y siete años, casado y Benito
García, su sobrino, de treinta y ocho años de edad, y también casado, se
encontraban, en unión de otros varios trabajadores, dedicados a las faenas de
la era, se desencadenó una fuerte tormenta que les obligó a abandonar la tarea
para refugiarse, después de abandonar las caballerías de que se auxiliaban,
tras unas gavillas preparadas para la faena.
A poco de comenzar la tormenta una chispa eléctrica mató
instantáneamente a los dos trabajadores nombrados los cuales quedaron
horriblemente carbonizados…Y continúa dando detalles.
La finca en la que se produjo la
desgracia es, como decía el periódico anterior, la denominada “Tomelloso”,
“distante del pueblo dieciocho kilómetros aproximadamente.”
Años después, en 1949, por
Decreto de 11 de febrero, se declararon de interés social la adquisición de los
pagos denominados “Malpasillo”, “El Pardito”, “Esparragal” y “La Higuera”
que fueron segregados de la finca
matriz llamada “El Tomelloso” del término municipal de Cabeza del Buey
(Badajoz).
EL TOMELLOSO DE LA JARA
Me llamó singularmente la
atención una noticia aparecida en Nuevo día, 1931 septiembre, 21, procedente de
la agencia Mencheta, según la cual, bajo el rótulo “EXALTACION SOCIAL. Intentan
asaltar un Ayuntamiento.”, fechada en Madrid el 21 (6. 40 t.) por teléfono,
informaba: “En Tomelloso de la Jara se amotinó el vecindario, intentando
asaltar el Ayuntamiento. Tuvo que
intervenir la fuerza pública y resultaron varios heridos.” Por más que he indagado no he conseguido dar
con un municipio, con Ayuntamiento con el nombre de Tomelloso de la Jara entre
los integrantes de esta comarca.
Además de las referencias
literarias a Tomelloso que hemos señalado en otros momentos, añadimos ahora
éstas, a dos Tomellosos fruto de pura creación novelística.
EL TOMELLOSO DE ZEDA EN 1907
Con el seudónimo de “Zeda”, el
periodista, crítico teatral y escritor Francisco Fernández Villegas (Murcia,
1856-Madrid, 1916), publico en La Época, el
3/8/1907, el cuento titulado LA APUESTA.
Para la acción elige un Tomelloso de la Sierra, “lugar situado a mano
derecha, conforme se baja de Peña-Alta hacia el valle de Riobajo”, en una noche
de noviembre, en la taberna, centro de reunión, adonde acudían, poco después
del toque de oraciones, las personalidades más sobresalientes del poblado.
Allí, y “ante sendos jarros de un vinillo colorado, que la rudimentaria
industria de Tomelloso no ha aprendido todavía a adulterar más que con el agua
de los manantiales de la sierra”, reúne al “pregonero de la localidad, hombre
de cuerpo desmedrado, pero de vozarrón tan recio como el del famoso enano de la
venta; al tío Camisola, dueño del
establecimiento, cincuentón, sarmentoso de miembros, curtido de piel, de pocas
palabras, y que había corrido muchas tierras en su calidad de porteador de
vino, antes de ejercer la noble profesión de tabernero; el "Barrunta”,
vejete dicharachero, que venía desempeñando desde los albores de su remota juventud, el cargo dé enterrador , y
el Carpanta, mozo bien plantado, cazador furtivo a ratos, guía cuando a algún
turista se le antojaba aventurarse por los vericuetos de la sierra, y en todo
tiempo hombre de grandes arrestos, un tantico jactancioso, y a quien nadie en
el pueblo, ni en las aldeas de alrededor, ni en el valle ni en la montaña, se atrevía a levantar el
gallo… Carpanta en Tomelloso y en veinte leguas, a la redonda, era como mentar
en tiempos de Carlomagno al propio Roldán, el famoso paladín de Roncesvalles”.
Apuestan un cabrito y todo el pan
y el vino que se comiera y bebiera, a que el valentón no era capaz de ir esa
noche al cementerio y entrar en la capilla donde estaba el cuerpo presente de
la señá Tóbala, una paisana recién muerta que había de ser enterrada al día
siguiente.
“Está el cementerio del Tomelloso
como a un cuarto de legua del pueblo. La senda que conduce hasta él serpentea
entre enormes peñascos. Después hay una extensa pradera, y en medio de ella se
alzan en forma rectangular las tapias del cementerio.”
A él se dirige Carpanta para
cumplir lo apostado y allí tendrá fin su azarosa vida en circunstancias y de
forma que no es este el lugar de descubrir.
EL TOMELLOSO DE MATHÉ (1909)
El madrileño escritor y general
de brigada de artillería Felipe Mathé y de Jado Cagigal (1841- ca.1925), en su
novela “César Lujan”, publicada en El Tiempo, 1909 agosto, 30, coloca la acción
del capitán Luján en un Tomelloso singularmente distinto del real
ciudadrealeño. Sólo en el hecho de haber conseguido un porrón de vino en su Tomelloso,
cuadra la ficción con la realidad. Comienza describiendo la mañana hermosa y
tranquila de su narración en la que difícil será “respirar un aire tan puro y
embalsamado por el aroma del tomillo y del romero ni contemplar tampoco un
paisaje tan bello y agreste como el que comprende el camino que une los pueblos
de Tomelloso y Fuenteverde.” Y continúa “Las casas del primero forman un
pintoresco grupo en un precioso valle por cuyo fondo culebrea perezosamente un
pequeño rio que fertiliza sus tierras. Extensas arboledas prestan frescas
sombras en las ardorosas tardes del estío y prados de esmeralda alegran con su
verdor aquellos contornos. Desde el valle y después de abandonar las casas del
pueblo que divide en dos partes, dejando a la derecha la iglesia con su
empinado campanario, y trepando alegremente entre montañas, sube la carretera
–blanca y polvorienta- siguiendo las márgenes del rio, para conquistar poco a
poco las alturas que la rodean por todas partes, dando pintoresca variedad a
todos aquellos parajes.”
Como muestras de otros
Tomellosos, basten hoy estos botones.
Pero, por otra parte, me llamó la
atención el hecho de ver asignado Tomelloso en algunas noticias a la provincia
de Guadalajara, e indagué. ¿Acaso en algún momento histórico Tomelloso perteneció
a esta provincia a pesar de la distancia que las separa? No. El motivo de la
confusión está o pudo estar en la transcripción del nombre de la localidad.
Tomelloso tiene su equivalente femenino precisamente en esa provincia:
Tomellosa, cabeza de Ayuntamiento independiente hasta 1970, que hoy pertenece
al Ayuntamiento de Brihuega. Tomellosa, con antecedentes históricos que se
remontan al siglo XI, obtuvo carta de villazgo, a alto precio, otorgada por
Felipe II en 1579, y según Madoz, en 1834, tenía 112 casas, “la consistorial,
hermoso edificio con soportales”, 75 vecinos y 249 almas; un pósito, escuela de
instrucción primaria frecuentada por 24 alumnos, 6 fuentes y una ermita (La
Soledad). Producía trigo, cebada, avena, aceite, vino, legumbres, patatas,
frutas, cáñamo, miel cera, leñas de combustible, y buenos pastos, con los que
se mantiene ganado lanar, cabrío, mular y asnal; caza de perdices, conejos,
liebres, corzos y algunos lobos; en el Tajuña se crían barbos truchas y
anguilas, un molino harinero, otro aceitero y dos telares de lienzos
ordinarios.
Para detalle de la historia de la
villa puede verse “Tomellosa, a la luz de su archivo: una historia clara y
documental” de Juan Manuel Abascal Colmenero.
Y aquí hemos de cumplir el
mandamiento evangélico de dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del
César, o lo que es lo mismo, dar a Tomelloso lo que es de Tomelloso y a
Tomellosa lo que le cumple. Nos referimos a la cuna del sabio trinitario fray
Alejandro de la Madre de Dios, autor allá por los años del siglo XVIII de
múltiples obras y biografías sacras, que, en este periódico, jueves, 30 de mayo
del 2019, y con fuente del DICCIONARIO HISTÓRICO, GEOGRÁFICO Y BIOGRÁFICO de la
Provincia de Ciudad Real de D. Inocente Hervás y Buendía, considera personaje
de Tomelloso, Ramón González. Asimismo lo considera en sus Apuntes para las
biografías de hijos ilustres de la provincia de Ciudad Real precedidos del
catálogo de los libros... Blázquez, Antonio, 1859-1950 Avila: [s.n.], 1888 :
Casa Magdaleno y Saráchaga), p. 21., cuando
escribe que fray Miguel de San José en la Biblioteca crítica, sacra y
profana dice ser “natural de Tomellosa, provincia de Alcarria, archidiócesis de
Toledo” y añade “pero no habiendo en toda Castilla más pueblo que el de nuestra
provincia que tenga el nombre del Tomelloso, que es sin duda el que quisieron
poner, pues Tomellosa no existe, debe considerársele hijo de esta
provincia.”
Ya que, como hemos visto,
Tomellosa existe, y existe en la provincia de la Alcarria (Guadalajara), devolvamos
al trinitario fray Alejandro de la Madre de Dios a su auténtica cuna alcarreña
de Tomellosa.
Madrid, 23 de agosto de 2023.
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Domingo, 6 de Julio del 2025