La puntualidad siempre ha sido el banderín de enganche, el
santo y seña, la exactitud y buen servicio de los nuevos trenes eléctricos. Los
que conocimos aquellos otros trenes movidos por carbón que mantenían horarios
de llegada aproximativos, con paradas que a veces se eternizaban sin saber el
motivo, vimos en ellos un manifiesto adelanto, demandado también por las nuevas
exigencias del número de usuarios que hoy los utilizan de manera cotidiana .
La vida de miles de personas hoy esta soportada por el transporte
diario del tren como servicio público, en la confianza de su rapidez y
puntualidad. No hay más que ver la cantidad de viajeros que lo utilizan para
desplazarse diariamente a su trabajo y en el caso que nos afecta, a quienes
viviendo en Ciudad Real o Madrid, lo hacen en los trenes Avant. Unos trenes que
hace unos años completaban el recorrido en cincuenta minutos y que de manera
paulatina ha pasado a ser de algo más de una hora.
Sin embargo este no es un problema mayor, sino los
permanentes y erráticos retrasos que se suceden. Unos problemas mantenidos en
el tiempo de los que la ciudadanía desconoce las causas, pues sabido es el
hermetismo que Renfe siempre ha tenido a la hora de dar explicaciones. Unos
retrasos que afectan sustancialmente tanto a quienes han de llegar al trabajo,
consultas médicas o a asuntos de cualquier índole, como a quienes han de
enlazar con otros trenes u otros medios de transporte.
La incertidumbre, el temor a los retrasos hace que por
precaución se adquieran billetes de trenes anteriores con la consiguiente
pérdida de tiempo para realizar los siguientes trayectos.
Reuniones con usuarios, declaraciones de políticos…algo que
para el ciudadano de a pie resulta ser algo poco comprensible. Unas vías de uso
exclusivo para los trenes, libres pues de cualquier otro elemento que
obstaculice el trayecto, salvo obras programadas que serían marcadas por un
tiempo o los desperfectos provocados por agentes climatológicos como la
anterior DANA, que quizá el motivo sea el hecho de soportar ahora un excesivo
número de trenes.
Los Avant y Aves con paradas en nuestra ciudad, fueron un
logro del alcalde Lorenzo Selas, todo un acontecimiento local y comarcal, pues
supuso un acercamiento y apertura tanto a Madrid como a Andalucía, ignorada en
otros tiempos por el trazado de la autovía. Hoy resultan ser un servicio
imprescindible para vida diaria de cientos de personas de nuestra ciudad y
localidades próximas que plantaron por aquí sus residencias a pesar de tener su
trabajo en Madrid o Córdoba. Decir lo mismo de esos profesionales de la sanidad
y de otros ámbitos que realizan el trayecto a las mismas horas pero en sentido
contrario.
Los erráticos retrasos de los trenes Avant deben ser
eliminados y en su defecto completamente explicados. Es una exigencia elemental
con la que ha de responder cualquier servicio público. Hoy que todo resulta tan
exacto.
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Viernes, 9 de Mayo del 2025