Te adeudo el despertar de mi piel dormida,
sabrosas madrugadas en el viento de tus manos
aproximándose a mi cuerpo como un baile inesperado;
jugueteo enamorado de tu cara y la mía
que hacen un puzle plenamente coordinado.
Guiños en la espera, cómplices de veranos ardientes
y con la fuerza de un manantial, por el sol, dorado,
son flores amarillas de tu sentimiento
que parece ser incólume y alado.
Espero sentir en mi cintura tus manos;
que recorran mi espalda, remanso de verano,
y acercándote con ternura a mi cuello,
silabees mi nombre, lentamente, enamorado.
Te venero con la fuerza retenida de un ciclón
que reposa con el encanto de los años.
Mª Pilar Valentín Díaz (junio 2023)
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Miércoles, 1 de Mayo del 2024
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