Opinión

Un mal sueño

Elena Silvela Martínez Cubells | Jueves, 15 de Marzo del 2018
{{Imagen.Descripcion}}

En el salón de casa. Sofá, peli y manta. Chimenea a toda potencia. Suena el timbre y por la mirilla veo tres hombres. Desconocidos. Mi corazón se desboca, es instantáneo, lo he comprendido muy bien. Sé que quieren hacerme daño. Está en sus miradas decididas y oscuras. Estoy sola en casa, no tengo a mis perros y esta es la única puerta de salida. Se oyen las voces desde la televisión y el crepitar de la leña. No me atrevo a dar un paso atrás, va a crujir la madera. No puedo salir por la puerta, veo el descansillo, la vecina de enfrente se ha ido una temporada. Las escaleras de bajada están muy lejos. Tocan el timbre otra vez, con impaciencia. Saben que estoy en casa. ¿Llevarán pistolas? ¿Ganzúas, quizá? ¿Navajas? Pánico. No hay salida. Terminarán tirando la puerta abajo. Lo sé. A ciencia cierta.

He encendido la luz de la mesilla con apremio. Respiro con rapidez y miro a mi alrededor. Perros, marido, hijos. Todos están en casa. Ha vuelto el orden. Qué buena cosa es la orientación y la vigilia.

Desperté de un horrible mal sueño. Y tan malo. Una vulgar pesadilla. ¿Quién no ha tenido pesadillas? Esas escenas tan vívidas y reales que arrastran fuertes sensaciones de amenaza para la propia supervivencia, seguridad o autoestima. Miedo, terror, pánico, estrés, angustia, ansiedad o alerta. El abanico de emociones es amplio e inequívoco. Quien se despierta de una pesadilla sabe claramente lo que ha sentido y hasta podría jurar que ha estado físicamente en el lugar de los hechos.

Siempre me ha llamado la atención el proceso tan real de una pesadilla. Descubro, indagando, datos curiosos. Siempre hay algo sorprendente en el ser humano, más si hablamos del cerebro, la máquina de todas las máquinas, la reina absoluta.

Pues bien, las pesadillas comienzan entre los 3 y 6 años. Tienden a ser más comunes en las niñas que en los niños. En las mujeres se da con más frecuencia que en los hombres. ¿Por qué? Debe ser cuestión de estadística. No he hallado explicación, salvo la que me dicta el sentido común: las mujeres tendemos a dar más vueltas a los asuntos que nos preocupan. Lo anterior, en general y salvo excepciones. No soy machista, ni feminista. Solo observo conductas, patrones.

Ocurren las pesadillas durante el sueño REM, el profundo, en el que los ojos se mueven de un lado a otro con velocidad. Hay desencadenantes variados. Acontecimientos traumáticos, estrés, demasiado alcohol, abstinencia alcohólica abrupta. Apnea. Narcolepsia.

Persisten en un 50% de los adultos.

El trastorno por pesadillas es un tipo de parasomnia. Dicen los expertos que quien tiene pesadillas más de una vez a la semana debería consultar a un profesional. La terapia cognitiva–conductual funciona muy bien, aseguran.  Puede también ser genético, familiares con antecedentes de pesadillas u otras parasomnias del sueño tienen más probabilidades de repetir el trastorno.

1575 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}