El Museo Nacional de Ciencias Naturales tiene su sede en el Palacio de las Artes y la Industria confrontado con los Nuevos Ministerios. Se trata de un edificio rectangular decimonónico de grandes proporciones donde se encuentra además la Escuela Superior de Ingenieros Industriales.
Un museo dotado de un inmenso patrimonio que lo hace ser de los más importantes del mundo en esta área del conocimiento humano. Un espacio donde aprender y comprender las distintas etapas que se han venido sucediendo desde la formación de nuestro planeta, cifrado en unos cuatro mil quinientos millones de años, hasta la aparición de la especie humana. Un lugar atractivo para los niños por la espectacularidad de los animales expuestos y actividades a realizar e instructivo para quienes desean adquirir conocimientos sobre el mundo de la Paleontología, Geología y Zoología. Un lugar a visitar para toda la familia.
En una de sus múltiples vitrinas figura un panel que con intención de hacer más comprensible la historia de nuestro planeta, la comprime en las veinticuatro horas de un día. Si la tierra hubiera comenzado a formarse a las cero horas, la aparición de los humanos habría tenido lugar veinticuatro horas después. En esas “horas” aparecerían la vida, la fotosíntesis, los fósiles pluricelulares, los animales vertebrados, los dinosaurios, los primates…y los humanos.
Una de las salas está dedicada como no podía ser de otra manera a Darwin y Wallace, autores de la teoría evolucionista que propone la teoría de que todas las especies existentes en la actualidad se han originado de otras ya extintas a través de una selección natural formada por los individuos más fuertes o mejor dotados.
En relación con la especie humana, la existencia de los primeros homínidos bípedos data de unos cinco millones de años; en este tiempo, irrelevante dentro de la historia terrestre han tenido lugar las distintas etapas evolutivas, desde nuestros primeros ancestros los australopithecus, hasta nosotros los homos sapiens quienes formamos la cúspide de los seres vivos delante de los grandes simios con los que compartimos más del noventa y cinco por ciento del genoma.
La reflexión que me hacía delante de los retratos de Darwin y Wallace era: Siendo los humanos unos seres recién llegados a la historia del planeta, ¿seguiremos siendo dentro de otros tantos millones de años la especie más evolucionada? ¿Constituiremos el final de la evolución de las especies? Una pregunta que hoy lógicamente carece de respuesta.
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Sábado, 2 de Agosto del 2025