“¡ Ay, luna que reluces,

                                                  toda la noche me alumbres!”

                                                           (Cancionero de Upsala)

 

En esta noche fiel y amiga;

en esta noche en que vengo herida:

Depura con tu pasión mi sangre,

depura mis células una a una.

pule mi voz con gotas de rocío

para que ya no sienta más este frío.

Ampárame en esta helada noche

en que herida vengo de olvido.

 

Constrúyeme un edén ideal

donde pernoctar mis dudas.

Acógeme en tu amoroso regazo,

estréchame en un tierno abrazo.

Devana mis historias suavemente,

devana mis historias una a una.

 

Acurrúcame en la estela de un cometa.

Recítame una letanía de cariños.

Alójame en tu purpúreo sueño inacabado.

Estréchame en tu sed de verdad,

embriágame de ella

para que no se sienta la soledad.

 

Augura mi mañana,

presagia mi alegría,

premoniza mi futuro,

envuélveme en tu luz:

Sácame de la sombra,

acompáñame en el aleluya

de cada mañana.

Acompáñame...

 

Quitemos las espinas de las rosas,

brindemos por lo bueno y verdadero,

cojamos la estela de un barco imaginario,

crezcamos hacia la sinceridad:

Volemos hacia un norte verdadero.

 

Estréchame en tu sueño,

acaricia mi cintura.

Haz que sienta

tu voz en mi penumbra:

Augura mi deseo,

encuentra mi lamento,

atrápame en tu sueño,

hazme soñar.

 

Participa de mi anhelo,

comparte mi suspiro,

piérdete en mis caminos:

empápate de mí.

Solapa tu indiferencia,

olvida el orgullo,

reúnete conmigo,

acude a mi vuelo,

 

Siénteme como yo te siento:

Comienza un nuevo fuego,

hazme temblar:

Hazme temblar de anhelo.

¿Ves?... ya tiemblo.

 ¡Aurora de mi vida,

así

          te veo,

así

          te siento!