Opinión

La mejor de la comarca

Joaquín Patón Ponce | Miércoles, 30 de Octubre del 2024
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A principios de los años sesenta, una de las actividades económicas más importantes de Tomelloso, junto con  la viticultura y directamente dependiente de ésta, era la destilación de alcohol y holandas (producto base del coñac) a partir del vino. Había en la población gran cantidad de destilerías, cerca de sesenta industrias.

La mayoría de las destilerías existentes eran de empresarios locales, podemos citar entre ellas a los Peinado, Espinosa, etc.... Sin embargo, existían otras en que los titulares eran de otras zonas del país, como las de Pedro Domecq o Fábregas, por ejemplo.

La obtención de destilados de calidad a partir del vino se hacía por destilación fraccionada, siendo necesarias unas torres de quince, veinte o más metros de altura y gran superficie para colocar los elementos necesarios.

La energía se obtenía por unas calderas de carbón en casi todas ellas. Con tantas industrias repartidas por la población, los humos de las calderas había que sacarlos a una gran altura, con el fin de que las corrientes de aire los dispersaran mejor y evitar con ello la contaminación que producían los humos negros del carbón. En todas las industrias había construidas una o varias chimeneas.

La utilidad de las chimeneas, como se ha visto, está fuera de dudas; sin embargo, en una población como Tomelloso, ya entonces de gran pujanza económica, había una sana rivalidad entre los empresarios que les empujó a hacer verdaderas obras de arte de gran belleza, pretendiendo, además de prestar el servicio a la destilería, embellecerla y que la suya fuese como mínimo igual o un poquito mejor que la construida en  la bodega de al lado.

En el año 1964, entre la gran cantidad de industrias existentes en la población, había levantadas unas cien chimeneas; al menos una tercera parte de ellas eran grandes, de veinticinco a treinta y cinco metros. Entre las más artísticas estaban las construidas por un maestro valenciano llamado José Goy, de planta octogonal y varias con los ladrillos de las esquinas de color rojo.

También había ya varias de unos maestros albañiles conocidos como “Los Candojos”, Antonio Jareño padre e hijo, que trabajaban juntos y llevaban muchos años haciendo chimeneas. A principios de este año 64, el encargado de una de las bodegas con más actividad en la población, la de “Fábregas” se dirigió a los maestros citados y les dijo simplemente que le construyesen “la mejor de todas”.

Padre e hijo se pusieron a deliberar para ver cómo iban levantar una construcción que llamase la atención en un terreno en el que había ya mucha cantidad, variedad, y belleza.


Antonio hijo recordó que en un viaje a Valencia , en una de las entradas de la localidad de Alzira, había visto una octogonal, no muy alta ni llamativa, pero sí tenía una peculiaridad: toda la obra se giraba haciendo una especie de tirabuzón. Decidieron finalmente que sería octogonal, con los ladrillos de las esquinas rojos, de más de cuarenta metros de altura y con un giro a la derecha visto desde abajo.

Las obras comenzaron en marzo del 64, éstas y todas las construcciones de Tomelloso se cimentaban en la “tosca” (capa de roca caliza muy dura situada entre 50 y 70 cm. de profundidad), desde ahí trazaron un octógono de 1´20 m. de lado en el exterior, subiendo a plomo un muro de mampostería con esta forma hasta unos 3´5 m. del nivel del suelo.

A partir de esta altura, todos los maestros comenzaban a inclinar la pared exterior hacia adentro (método conocido por los valencianos como apuntamiento, los candojos lo llamaban recueste) para dar mayor seguridad a las construcciones. La inclinación dada era generalmente –en este caso también- de 2´5 cm. por metro; trabajaban sin andamio por dentro de la chimenea apoyándose en la parte ya construida.

La masa sobre la que se colocaban los ladrillos se hacía mayoritariamente con arena y cal viva, con sólo una pequeña parte de cemento, por el motivo de que soportaba sin grandes dilataciones las elevadas temperaturas del humo que circulaba por el hueco interior, evitando con ello posibles grietas posteriores en la obra.

El “recueste” complicaba mucho la construcción, ya que, al no ser la pared a plomo hacia arriba, los maestros no podían utilizar reglas, plomadas u otros instrumentos de que se ayudan para subir la paredes rectas, por lo que éstas las levantaban prácticamente “a ojo”

En este caso, además, en cuanto la obra comenzaba a “recostarse”, se iniciaba un giro que la complicaba mucho más. Aún, por si no tenían suficiente los maestros con esta construcción tan delicada, se daba la circunstancia de que, mirada  desde abajo, cuando llevaba unos pocos metros  a partir de iniciar el giro, se veía muy extraña, de tal forma que los hortelanos de parcelas cercanas a la bodega comenzaron a importunar a los maestros diciéndoles que “aquello no iba a llegar arriba, que se caería antes de llegar a veinte metros”, y cosas similares.

Cuando se consiguió echar a los hortelanos a sus asuntos y que dejaran de molestar, comenzó a aparecer el encargado de la bodega, al cual tampoco le gustaba la obra. La tensión llegó al punto de que en una ocasión los maestros pararon durante un buen rato hasta que el gerente habló con el propietario y éste le dijo que los dejara continuar, para eso habían contratado a los que, en opinión de todo el pueblo, eran los mejores en estas construcciones.

Los cinco hombres que trabajaban en la chimenea la terminaron a los cuarenta días de comenzarla, el precio pagado por la mano de obra (materiales aparte) fue de 100.000 pesetas. Por esta cantidad “Los Candojos” levantaron una obra de arte única de la arquitectura popular de Tomelloso.

Se podría decir que los maestros cumplieron sobradamente con la solicitud del propietario de la bodega. La chimenea quedó con 40,5 m. de altura, la más elevada de las existentes  en la población , además de ser la única que hace un giro a la derecha completo. En la actualidad, próximo el 60 aniversario de su construcción, no tiene uso industrial y está perfectamente conservada en una plaza pública de fácil acceso para poder visitarla. 


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