Opinión

Siracusia: El Titanic de la antigüedad

El barco más grande de la antigüedad fue diseñado por Arquímedes en 240 a.C.

José Manuel Ruiz Gutiérrez | Domingo, 23 de Febrero del 2025
{{Imagen.Descripcion}} Representación artística del Siracusia. Foto dominio público en Wikimedia Commons. Representación artística del Siracusia. Foto dominio público en Wikimedia Commons.

Corría el año 240 a.C. era el día 1 de marzo y nos situamos en el puerto de Siracusa en la costa este de la actual Sicilia. Era un día importante, se botaba al mar Mediterráneo el flamante barco bautizado como Siracusia, que el rey Hierón II (270-215 a-C.) encargó construir  al arquitecto  Arquias, griego, natural de Corinto, al que se considera fundador de la propia ciudad de Siracusa, bajo las órdenes del sabio Arquímedes (287-212 a.C.) que lo diseñó

El barco medía 110 m. de longitud (eslora) y 24 metros de anchura (manga), otras fuentes dan 55 m de eslora. Barco de mercancías y recreo pero también preparado para la defensa. Disponía de ocho torres, podría transportar a 1800 pasajeros entre los cuáles se contaban 600 remeros y hasta 400 soldados y 20 caballos. En su interior había varios jardines, una biblioteca, un gimnasio, un comedor, un templo dedicado a Afrodita, una piscina de agua caliente y otra de agua salada donde se criaban peces para luego servir de comida a los tripulantes y pasajeros. La decoración incorporaba columnas de mármol y mosaicos,  se contaban hasta 142 camarotes de lujo, una bodega con vino y un depósito de agua potable. La capacidad de carga del barco estaba entre las 1600 y las 1800 toneladas. 

En la parte defensiva del barco Arquímedes se incluyó la “famosa garra de Arquímedes” que era una gigantesca maquinaria similar a una grúa que operaba levantando a los barcos enemigos y volcándolos. Se cuenta que con la madera que se invirtió en su construcción se podían haber construido hasta sesenta triremos (en griego trirreme), que eran los barcos de guerra de la época, con 38 metros de eslora y 6 de manga.

La cubierta superior del barco, más ancha que el resto de la estructura, estaba sostenida por una escultura de madera del joven titán Atlas bellamente tallada sobre un pedestal. Había sobre ella, decoraciones en mármol y marfil, y el piso de los espacios públicos estaba pavimentado con mosaicos que representaban la historia completa de la Ilíada.

¿Cómo se distribuían los ocupantes? Los niveles superiores se reservaban para los pasajeros y los inferiores para la tripulación y soldados. Dado que una nave de esta envergadura dejaría pasar grandes cantidades de agua a través del casco, el tornillo de Arquímedes fue utilizado a fin de extraer el agua de la sentina que era la parte más baja del barco sobre la que se colocaba el timón. ​Podemos decir que este barco, a pesar de su corta vida, fue de los mayores construidos en la antigüedad y sus medidas y prestaciones se pueden asociar los modernos cruceros

Hierón II le regala este barco al faraón de Egipto Ptolomeo II Filadelfo (308-246 a.C.), para lo cual carga en él una gran cantidad de regalos, diez mil ánforas de pescado, seiscientos mil kilos de lana, sesenta mil medidas de trigo y otros muchos más. En su primera travesía pone rumbo a la ciudad de Alejandría en donde el mencionado faraón tenía su residencia. Allí es rebautizado el barco con el nombre de Alexandris por Alejandría. Si embargo el barco no hizo demasiadas travesías, se dice que quizá fue una la que hizo, pues pronto se hundió en las aguas del Mediterráneo, quizá por su envergadura o por una desafortunada tormenta, eso no lo he podido averiguar.

Con una separación de 2152 años, un día 10 de Abril de 1912 zarpó, desde el puerto Southampton (Inglaterra), el Titanic. El destino unió en la desgracia y en la grandiosidad a ambos barcos. El coloso de acero no llegó a su destino, Nueva York, en la costa de Norteamérica, y se hundió a las 23:40 del 14 de abril  cuatro días después de zarpar y a unos 600 km al sur de Terranova, el buque chocó contra un iceberg. La colisión abrió varias planchas del casco en el lado de estribor bajo la línea de flotación, a lo largo de cinco de sus dieciséis compartimentos estancos, que comenzaron a inundarse hasta que el gigante colapsó y se hundió en las frías aguas del Atlántico. De los 2225 personas que iban a bordo entre pasajeros y tripulación se salvaron 712 personas.

Banco de imágenes de uso libre.

Volviendo a nuestro antiguo Siracusia y a su diseñador, quiero dedicarle a éste un recuerdo, siendo como fue, el más grande sabio e ingeniero de la antigüedad. Arquímedes era natural de Siracusa, nació en una familia adinerada y tuvo una buena formación en su niñez y adolescencia. Su padre quiso hacer de un gran comerciante, sin embargo el decidió dedicarse a inventar máquinas y sistemas que supondrían un poderoso adelanto en la tecnología de su época.

Celebrando el Día de Pi: El número que, aunque no lo sepamos, está siempre presenteRepresentación artística antigua de Arquímedes. Banco de imágenes libres.

Arquímedes colaboró con el ejército de su patria en muchas ocasiones inventando máquinas y artefactos. Fue famosa su actuación en el asedio que el ejercito romano sometió a la ciudad de Siracusa para hacerla volver al poder imperial, pues se había aliado con el enemigo cartaginés. Fue en la “segunda guerra púnica” cuando se produjo el asedio de la ciudad y allí estaba nuestro insigne ingeniero con sus catapultas, su rayo de calor para quemar las naves y su garra para volcar los barcos romanos.  El asedio terminó por romperse y las legiones romanas entraron en la ciudad matando, incendiando y saqueando a las órdenes  del general Claudio Marcelo que advirtió a sus soldados que en caso de encontrase con el sabio no lo mataran, porque podría prestar grandes servicios a Roma. Sin embargo uno de los soldados lo encontró en la calle absorto en sus problemas geométricos y después de discutir con él, intentando llevárselo prisionero, éste se negó, pidiendo tiempo para terminar su trabajo pero, el soldado perdió la paciencia y lo atravesó con su lanza. Era el año 212 a.C. y según la leyenda, las últimas palabras del sabio fueron dichas al soldado que lo mató fueron:  “no toques mis círculos.

La fama de Arquímedes como matemático no fue menos notoria que como ingeniero. Escribió numerosas obras, muchas de las cuales se perdieron en alguno de los incendios que sufrió la biblioteca de Alejandría, en donde quedaron depositadas tras su muerte, pero otras, quizá  pocas, se conservaron y fueron traducidas y copiadas por otros autores. He aquí algunos de los tratados que escribió:

En el Palimpsesto (texto antiguo escrito sobre otro anterior en pergamino) de Arquímedes sobreviven, aunque no completos, siete de sus más importantes trabajos. Estos son los títulos de los tratados rescatados:

Sobre la esfera y el cilindro I IISobre la medida de un círculoSobre los conoides y esferoidesSobre las espiralesSobre el equilibrio de los planos I IIEl contador de arenaLa cuadratura de la parábolaSobre los cuerpos flotantes I II, y, por último, El método de teoremas mecánicos, que no se descubrió hasta 1906, gracias al investigador y filólogo Johan Heiberg (1854-1928)

Una de las anécdotas que se cuenta de este sabio fue aquella vez que el tirano de Siracusa Hieron II, ya mencionado, le encargó averiguar si la corona que le había encargado a su joyero era verdaderamente de oro o le había engañado. Bajo amenaza de pena de muerte ambos, el joyero y el sabio, tuvieron que intentar demostrar si la corona era falsa o no. El sabio, estando tomando un baño, observó que al meterse en la bañera se derramaba un volumen de agua equivalente al del propio volumen de su cuerpo y esto le hizo pensar en el fenómeno que experimentan los cuerpos cuando se sumergen en un fluido, deduciendo que se producía en ellos un empuje hacia arriba equivalente a la masa de agua desplazada. A partir de este punto, simplificó la explicación, dedujo que el material de la corona, habida cuenta de su volumen y densidad, no era oro en su totalidad, sino que el astuto joyero había tomado un metal nada valioso y lo había revestido de oro. Arquímedes fue alabado por su sabiduría y el joyero fue ejecutado por su falsa corona.

Se dice de esta leyenda que cuando descubrió el método para averiguar el verdadero material de la corona, grito, ¡Eureka!, que en griego significa “lo he conseguido”. Este es el origen de la palabra que a veces usamos cuando damos con una solución.

Termino recomendándoles que se lean la biografía de este sabio de la antigüedad, no sin antes decirles que fue enterrado en el cementerio de Siracusa bajo una losa que sus discípulos o él mismo, no se sabe, diseñaron poniendo una talla en la piedra de un cilindro y una esfera, para recordar al mundo una famosa ley, enunciada por el mismo, que podemos enunciar diciendo: El volumen de la esfera es igual a dos tercios del volumen del cilindro circular circunscrito a ella. 

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