Tuve ayer un encuentro con la vida
y se quejó de que apenas le hago caso,
que siempre estoy pendiente de mis cosas,
y que no atiendo a sus requerimientos;
que inexplicablemente, y sin motivos,
hay algo a lo que doy más importancia,
por lo que el transcurrir por su camino
lo veo colmado de dificultades
y bastante carente de alegría.
-Bien sabes buen amigo,
me aseguró con una voz pausada,
que mi experiencia y mi sabiduría
me dan solvencia para aconsejarte,
para saber salir de tus problemas,
para poder llegar hasta tus metas
y lograr conseguir eso que aspiras.
Yo sé que es muy difícil sostenerse
en una senda con tantos recovecos,
y a más de ellos, las dificultades
que se encuentra quien quiere ir avanzando
sin que le surja algún impedimento,
y sé que tu carácter no es paciente,
que gustas solventar de inmediato
esos escollos que te obstaculizan.
Pero un consejo, que bien lo mereces:
cuando alguien está en una aventura
ha de esforzarse por irla logrando,
y para tal no ir nunca sorteando,
pasar de ellas en vez de superarlas,
quitarse estorbos tal vez esenciales.
Hay que luchar sin miedo a extenuarse
y procurar vencer a cualquier precio,
aunque eso sí, honrada y noblemente.
Un refrán para el juego:
paciencia y barajar
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Sábado, 24 de Mayo del 2025