Entre la fiesta y la reivindicación, este viernes han comenzado las  fiestas del Barrio de San Juan de Tomelloso. Su puesta de largo ha contado con la asistencia del alcalde, Javier Navarro; los concejales del equipo de gobierno, Antonio Calvo, Jesús Lara, Carmen López, Manuel Marquina y Benjamín de Sebastían; los concejales del grupo socialista, Francisco José Barato, Alba Ramírez y Patricia Perona y el presidente del barrio, Josué Benavente y otros componentes de su junta directiva. El abogado, Vicente Martínez, ha ofrecido el pregón inaugural ante un nutrido grupo de vecinos del barrio y de Tomelloso en medio de un distendido ambiente de fiesta. 

“A pesar los problemas sociales que tenemos, otro año más estamos aquí con nuestras fiestas y queremos poner todo nuestro interés para que sean de agrado de todos y las podamos disfrutar pacíficamente. Agradecemos a Vicente Martínez que haya querido ser el pregonero, nos costó convencerlo, pero aquí está”, señalaba Josué Benavente.

La concejala responsable del barrio, Carmen López,  ha dado la bienvenida a todos los asistentes. “Soy la concejala de un barrio que casi me vio nacer, y creo que poco a poco vamos avanzando y mejorando la situación vecinal. Estos días toca celebrar San Juan que es música, es fuego, es cultura y tenemos que divertirnos”. La concejala ha tenido un emocionado recuerdo para los que no están.

Javier Navarro ha valorado el esfuerzo de los directivos del barrio “que hacen posible que disfrutemos de música, baile, hermandad entre vecinos, en un barrio que, además de todo lo que podamos hacer desde la administración local, necesita de cambios normativos en lo relativo a la ocupación y seguridad ciudadana”. Navarro ha hecho explícito el compromiso de que “los vecinos puedan disfrutar de su vecindad en un barrio que antaño era muy tranquilo y muy atractivo, con familias que disfrutaban y convivían en este maravilloso entorno del Parque Urbano Martínez”.

Asimismo, el primer edil ha garantizado que seguirá la vigilancia nocturna en la zona y que se culminará el proceso de municipalización, ratificado por el pleno  hace meses. “Hay que seguir trabajando para que este barrio mantenga la convivencia necesaria, y por este motivo aprobamos en mayo una ordenanza de convivencia que prohibe el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, siempre teniendo muy presentes las peticiones de los vecinos. Trabajaremos sin desmayo para que nadie altere la convivencia pacífica de este barrio", ha dicho entre los aplausos de los vecinos.

“Celebrar una fiesta también es reivindicar”

Vicente Martínez ha ofrecido un pregón entrañable y colorista, reconociendo los nervios que le provocaban su debut en estas lides.De inicio, ha aludido al proceso de municipalización “que será fundamental para adecentarlo, embellecerlo y protegerlo. He disfrutado mucho trabajando con unas personas que no se arrugan ante los problemas. No ha sido tarea fácil, pero hemos ido consensuando criterios y al final se consiguió firmar ese convenio”.

Para el pregonero, “celebrar una fiesta también es reivindicar, defender la alegría, el descanso, la amistad, la música, las noches floridas, las raíces comunes y el orgullo de sentirse miembro de una comunidad como ésta”. 

Martínez ha expresado el deseo de que se cumpla el sueño de Juan Torres Grueso, el constructor de este barrio, “que hizo posible que muchas familias trabajadoras consiguieran una vivienda digna” y ha citado a otro grande de las letras de la ciudad, Eladio Cabañero, para ir hilvanando un pregón  en el que ha destacado la importancia de los barrios en la forja de la identidad de las personas que lo habitan. “Sus casas y calles forman parte de la fisonomía de nuestra infancia, de nuestro carácter y de nuestra forma de vivir y trabajar. Por eso tenemos que cuidar parques como éste, un reducto de nuestra historia que deben ser intocables, donde respiramos aromas evocadores”.

Despedido con aplausos y obsequiado con una placa conmemorativa, Vicente Martínez ha dado las gracias. Después se ha procedido al ritual de quemar lo malo en la pequeña hoguerilla que ardía en medio del escenario y acto seguido las alumnas del Centro de Danza de Lidia Gorrachategui mostraban su desparpajo y gracia en varias coreografías que hacían las delicias del respetable.