Con el lema “Orgullo es ser quien eres” la asociación AIRE ha celebrado su primer Día del Orgullo LGTBIQ+ en Tomelloso. Ha tenido lugar este sábado al mediodía en el espacio Beat Wines y ha sido un encuentro sencillo pero cargado de simbolismo, que ha servido para visibilizar la diversidad, reivindicar la igualdad real y consolidar la presencia del colectivo en la localidad.

En el acto se han dado cita representantes institucionales como la directora general de Asuntos Europeos y concejala, Nazareth Rodrigo, el diputado regional y edil, Fran Barato, y los concejales socialistas Amadeo Treviño y Alba Ramírez. También han acudido colectivos como Fundación CERES y personas aliadas que quisieron mostrar su apoyo.

Antes del inicio, el presidente de AIRE, Raúl Zatón, atendió a La Voz de Tomelloso, donde defendió que “es más necesario que nunca seguir celebrando el Orgullo”, en un contexto en el que —dijo— “los discursos de odio y de prohibición vuelven a instalarse en distintos lugares, incluso dentro de la Unión Europea”. Zatón reivindicó el Orgullo como un acto de visibilidad frente a la discriminación, “a los heterosexuales nunca les han agredido por serlo. Por eso este día tiene sentido: porque aún nos siguen cuestionando por ser quienes somos”.

“Orgullosos de quienes somos”

El presidente fue también el encargado de presentar el acto, en el que destacó la importancia de seguir sumando fuerzas en Tomelloso, “somos pocos, pero sabemos que una montaña no se construye en un solo día. Vamos a ser cada vez más fuertes y tenemos que seguir juntándonos para seguir alzando la voz y sintiéndonos orgullosos de quienes somos”.

Zatón agradeció especialmente el impulso de las asociaciones LGTBIQ+ de Argamasilla de Alba y Alcázar de San Juan, que el año pasado apoyaron la celebración del Orgullo en Tomelloso. “Gracias a ellas se nos encendió la chispa para crear AIRE. Hoy somos una asociación legalmente constituida y hemos empezado a caminar”, subrayó. También hubo palabras de reconocimiento para Beat Wines, por su apoyo constante, y para Fundación CERES, “que lleva años luchando desde el ámbito educativo y social”.

El momento central fue la lectura del manifiesto, a cargo de Cristina Incertis y Sergio Ponce, en el que se insistió en la necesidad de crear espacios seguros y de apoyo mutuo, y se reivindicó el derecho a vivir con libertad, sin tener que esconderse.

“Nuestra lucha es más necesaria que nunca”

“Cada derecho que hemos conquistado ha sido fruto de la perseverancia, la valentía y la unión”, proclamaba un texto, que insistió en que “nuestra lucha por los derechos humanos es más necesaria que nunca”.

El manifiesto advirtió sobre los retrocesos que amenazan al colectivo tanto en Europa como en otras partes del mundo. “Los pasos atrás son una realidad palpable”, denunciando el avance de la ultraderecha en el continente y sus “discursos de odio que buscan deslegitimar nuestros derechos y nuestras vidas”. Frente a ello, la consigna fue clara, “no lo permitiremos. No vamos a dar ni un solo paso atrás”.

El texto también abordó la situación internacional desde una perspectiva de derechos humanos, condenando “el genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino” y denunciando las “medidas drásticas, antisociales, homófobas y racistas del actual presidente de Estados Unidos”, en referencia al impacto de esas políticas en las personas LGTBIQ+, las minorías raciales y los colectivos más vulnerables.

“La visibilidad como forma de lucha”

En este contexto, se reivindicó la visibilidad como forma de lucha, “que estemos aquí, que mostremos nuestro orgullo, que vivamos nuestras vidas sin miedo, es un acto de resistencia”. El manifiesto concluyó con un mensaje rotundo: “Nuestros derechos no son privilegios, son derechos humanos, los mismos que los de cualquier otra persona. El derecho a amar, a ser, a vivir en paz y con dignidad”. AIRE LGTBIQ+ Tomelloso reiteró su compromiso de seguir trabajando por la igualdad y la libertad desde lo local, con acciones que sumen a una marea global de orgullo, dignidad y justicia social.

La cita concluyó en un ambiente distendido, al ritmo de la música del DJ Bryan Serrano, y con una copa de vino compartida entre asistentes, aliados y miembros del colectivo, en un gesto de convivencia.