García-Page ha denunciado que “a más corrupción, más cesiones” y ha calificado de “muy grave” el rumbo que está tomando el Gobierno en materia territorial. “La corrupción ha traído barra libre”, ha afirmado, visiblemente molesto con lo que considera una renuncia al principio de igualdad entre españoles. “Ya no estamos siendo tratados con igualdad cuando se negocia aparte. A partir de ahí, todo empieza a ser indefendible”, ha zanjado.

El presidente manchego también ha reprochado que el debate sobre la financiación autonómica fuera deliberadamente excluido del último Comité Federal del PSOE. “Advertí que sería bueno hablarlo, pero se ocultó el debate”, ha lamentado, revelando que los acuerdos con Esquerra Republicana se retrasaron “aposta para que se cortara el debate” en ese órgano. “No lo hubiera hecho público de no haber sido víctima también de filtraciones”, ha añadido.

García-Page ha asegurado que confía en que la propuesta no salga adelante, aunque el mero hecho de plantearla le parece “un despropósito absoluto” y “doloroso, sobre todo para la izquierda”. A la pregunta de si ha hablado con otros presidentes autonómicos del PSOE, ha sido tajante, “no hablo con nadie porque soy consciente de que luego todo se sabe y les perjudico. No quiero arruinar la carrera política de nadie”.

Sobre si el modelo que se negocia equivale a un cupo catalán, ha afirmado que “es lo que buscan”, aunque lo llamen de otra manera. “Un privilegio fuera de la Constitución”, ha dicho, diferenciándolo de los casos vasco y navarro, que sí están amparados por el marco constitucional. También ha hecho un llamamiento a otros presidentes autonómicos, incluidos los del PSOE, a alzar la voz: “Espero que todos nos sintamos obligados”.

Finalmente, García-Page ha expresado su decepción por el papel de su propio partido en esta cuestión: “me duele especialmente que este planteamiento absolutamente reaccionario lo plantee la izquierda”. Y ha concluido con una crítica velada a ciertos sectores del socialismo, “para muchos, el concepto de izquierda también se mercadea y se pone en la balanza del mercado político”.