No obstante, en los segundos matrimonios, las parejas son, por lo general, más indulgentes, tolerantes, realistas e independientes en lo que respecta a los segundos matrimonios.  En el proceso de reconsideración de la pareja, se adquieren, lecciones del pasado y se emplea este conocimiento para prevenir conflictos o sufrimientos. Por consiguiente, el segundo matrimonio, en general, es más sólido y razonable que el primero. Ya que hay una experiencia negativa, de la relación anterior. Es esta nueva relación, cuando la hubiera, la realidad en el comportamiento y el respeto, la tolerancia, y un sinfín de detalles, ayudaran en muchas ocasiones formar una nueva relación, más placentera y duradera, yo diría que es. Una perspectiva quizás excesivamente pragmática, y alejada del romanticismo, imperando lo racional sobre lo emocional. ¿Quiere con esto indicar que las personas que vuelven a casarse pueden llegar a ser más felices al volver a casarse? Si tenemos un punto muy importante el que uno o los dos, en muchos de los casos, tengas hijos de la relación anterior, y al formar una nueva convivencia con una nueva persona, sepan poner desde un principio las cosas muy claras para que esa nueva relación no tome caminos que, dificulte la nueva relación de pareja.   

Las comparaciones son prácticamente imposibles, de evitar si, desde un principio, no se ha puntualizado los temas más importantes de la convivencia, y la mayoría deben reconocerlo que no pueden, ni deben nunca llegar a compararse ambas experiencias, anteriores. El primer matrimonio se refiere a una verdadera consagración del amor, en la que aportan los hijos, que ambos presentan a una nueva relación, que dará tanto o más amor que la primera. Pero la nueva pareja debe tener una alianza muy firme en la que ambos miembros de la pareja tienen claro que será, para toda la vida, los hijos de una pareja anterior.  Con objetivos, siempre centrados en la nueva creación de una relación de amor y respeto, en torno a ellos, tales como la creación de una familia, la creación de un hogar, entre otras. Como es la felicidad de ellos y de sus hijos. Cuando estos objetivos desaparecen, siendo la única intención que los nuevos cónyuges se consagran exclusivamente el uno al otro, por lo que el primer matrimonio no suele eclipsar nunca al segundo.