Opinión

Las huellas que dejan los andares

Fermín Gassol Peco | Jueves, 21 de Agosto del 2025
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 Andar, marchar, correr, un ejercicio saludable que desde hace ya bastantes años se ha convertido en el deporte más practicado, pues mover las piernas durante al menos media hora puede considerarse como tal y no digamos ya quienes se machacan en los gimnasios a diario...esos templos dedicados a la devoción por el físico, lo cual es bueno, siempre que la cosa no llegue a convertirse en herejía. 
Personas de edades avanzadas que madrugan para cumplir cuanto antes con el objetivo diario, solas o en compañía de alguna otra, lo cual nos podría llevar a tratar sobre el manido tema de "dime con quien andas"...no en esas vías verdes que proliferan en muchas de nuestras localidades, sino en otras por las que confieso me da mucho miedo transitar por si acaso se encuentran incendiadas. Mejor tratar sobre el cómo y no pasar de ahí.
Dime cómo andas…que cada cual tenemos un andar personal e intransferible, como huella exclusiva de nuestro paso por esta vida. Porque han sido las huellas las que nos han permitido saber la identidad de los seres vivos ya extinguidos y de nuestros antepasados, que homos sapiens primitivos andaban siempre descalzos dejando así sus marcas como un ancestral carnet de identidad gracias al cual podemos hoy reconocerlos. Unas huellas pedestres que desde hace doce siglos se encuentran escondidas en la mayor parte de nuestro planeta tras otras mucho más impersonales, las suelas de los zapatos. 
Dime cómo andas…y sabré cómo eres, que los andares demuestran la forma de ser de cada uno; es la teoría que practicaba el director general de recursos humanos de una gran empresa en la cual trabajé casi treinta años; el sujeto en cuestión comenzó siendo botones en esa entidad financiera y llegó a ser, subrayo, director general de personal. Su despacho era muy alargado; su mesa se encontraba al fondo; pues bien, se jactaba de saber cómo era la persona a entrevistar antes de cruzar palabra, que sus andares lo habían ya identificado.
Los y las hay que antes de dar el primer paso, adelantan la otra pierna tanteando el escenario, temerosos o temerosas de que algún imprevisto los o las haga saltar en mil pedazos; son quienes antes de tomar alguna decisión, piensan y piensan como si no quisieran llegar a ningún lado.
Existen sin embargo quienes caminan tan deprisa que nunca tienen en el suelo ambos zapatos, aquellas personas que parecen van a solucionar algún desaguisado de manera diaria y permanente, gente decidida que encuentra soluciones hasta en los problemas que no existen; también quienes caminan dando saltos…cual infancia prolongada en aquellos años cuando saltábamos las vallas y paredes o nos metíamos en charcos…

Maneras de andar, formas de ser…que los años se encargan de igualar con esas plantillas que procura la serenidad de la experiencia, la falta de fuerzas, suplidas con bastones, muletas y cayados, que bueno está mientras podamos andar siquiera un par de pasos.   

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