El Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado el límite de gasto no
financiero para el ejercicio 2026 por un importe de 9.000 millones de
euros, lo que supone una variación del 8,2 por ciento respecto a 2025,
686 millones más en términos absolutos,
aprovechando la estabilidad política de la que
goza la región para “dotarnos en plazo del principal instrumento con
que contamos para cumplir con los compromisos adquiridos con la
ciudadanía”.
Así
lo ha comunicado el consejero de Hacienda, Administraciones Públicas y
Transformación
Digital, Juan Alfonso Ruiz Molina, durante la rueda de prensa que ha
dado en el Palacio de Fuensalida, tras la aprobación hoy en Consejo de
Gobierno del límite de gasto no financiero, y en la que ha estado
acompañado por el director general de Presupuestos,
Isidro Hernández.
Según Ruiz Molina, esta aprobación
se produce en un “ambiente
de clara incertidumbre a nivel nacional”, ya que a estas alturas se
desconoce si habrá Presupuestos Generales del Estado para 2026 o se
continuará con los prorrogados de 2023; no se han fijado los objetivos
de estabilidad presupuestaria y deuda pública, ni
se ha remitido propuesta por parte del Ministerio de Hacienda; y
tampoco se ha publicado el informe que debe contener la estimación del
crecimiento del PIB y que es la “tasa de referencia que marca la regla
de gasto”.
Una
vez aprobado este límite de gasto no financiero, también conocido como
techo de gasto,
se dará traslado inmediato a las Cortes regionales, iniciándose así el
trámite parlamentario preceptivo para aprobar el proyecto de Ley de
Presupuestos para 2026, con el objetivo de que puedan entrar en vigor el
próximo 1 de enero y se ofrezcan, como ha señalado
el consejero, “los mimbres necesarios para continuar con la
redistribución de la riqueza, lo más justa posible, con el objetivo de
potenciar el desarrollo económico y el progreso social de la región”.
Principales magnitudes del límite de gasto no financiero
El
titular de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación
Digital, ha explicado
que este techo de gasto se ha elaborado teniendo en cuenta los recursos
provenientes del sistema de financiación autonómica, comunicados
oficialmente por el Ministerio de Hacienda, vía electrónica a finales
del mes de julio, a lo que se suma las estimaciones
de lo que se espera recaudar en relación con los tributos que se
gestionan en Castilla-La Mancha, y que se espera recibir vía
transferencias no finalistas de la Administración del Estado o de la
Unión Europea.
En
base a esto, Ruiz Molina ha detallado cada uno de los componentes de
este
techo de gasto. El primero de ellos son los ingresos propios de
carácter no financiero que, como ha indicado, ascienden a 9.117
millones, variando con respecto al anterior ejercicio en un 10,5 por
ciento. De esta cifra ha remarcado que el 85,7 por ciento,
es decir 7.814 millones, son los ingresos que le corresponden a
Castilla-La Mancha provenientes del sistema de financiación vigente,
incluyendo las entregas a cuenta para 2026, que se incrementan un siete
por ciento y la liquidación de 2024 que aumenta un
23 por ciento con respecto a la prevista para 2023.
Un
elevado porcentaje que, como ha indicado, pone de manifiesto la
importancia que tiene para la región “abordar de manera urgente la
reforma del sistema de financiación autonómica”, y que ha enlazado con
el “absoluto rechazo” al acuerdo alcanzado en la Comisión
Bilateral del pasado 14 de julio entre el Gobierno central y la
Generalitat, en relación con una financiación singular para Cataluña,
que ha calificado de “injusto e insolidario”, ya que afecta a todas las
comunidades autónomas, sin contar con ninguna de ellas,
y que es “un ataque frontal al principio de igualdad entre españoles y
españolas”.
Asimismo,
ha precisado, que el 14,3 por ciento restante, es decir, 1.303 millones
“se corresponde
con el resto de los ingresos no financieros”; del que ha resaltado dos
partidas. La primera es lo que se ha presupuestado que correspondería a
la región por el reparto del impuesto a la Banca en función del PIB,
unos 60 millones, un criterio “ilegal e injusto,
que hemos recurrido ante el Tribunal Constitucional”; y la segunda, es
lo que se estima que se ha recaudado por la ejecución del programa FEDER
2021-2027, unos 217 millones. En este sentido, ha señalado que, si se
eliminan estos dos conceptos, la previsión
de crecimiento medio sería del 3,5 por ciento en el resto de las
partidas de ingresos, pero siempre dentro del criterio de “prudencia”.
En
relación con el segundo componente, y con independencia de la senda de
déficit que se pueda fijar para
las comunidades autónomas, el Gobierno de Castilla-La Mancha, tal y
como ha explicado el consejero se ha fijado como objetivo para 2026 el
“equilibrio presupuestario, déficit 0, es decir, no incrementar el
endeudamiento de la comunidad”. Ya que, este incremento
supondría “tener que soportar en los próximos años un incremento del
gasto en intereses, mermando así la capacidad económica de la región
para cumplir los compromisos adquiridos con la ciudadanía”.
Por
este motivo, desde el Ejecutivo de García-Page se ha fijado como
objetivo “seguir reduciendo la carga
de intereses”, como ya se viene haciendo a través de la refinanciación
de la deuda, sustituyendo préstamos a tipo de interés alto por los de
interés mucho más bajo, para, en ese tiempo ahorrar unos 170 millones de
euros, “que se han podido destinar a financiar
los servicios públicos fundamentales”.
De
ahí, ha continuado, la importancia que se le da desde Castilla-La
Mancha a la condonación
de la deuda, “ha sido una reivindicación histórica” y que se aprueba
hoy en Consejo de Ministros. Una condonación que supone para la región
una reducción de la deuda de 4.927 millones, un 40 por ciento de la
deuda que manteníamos con el Estado a través del
Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), y que va a suponer un ahorro de
intereses para los próximos años de 760 millones”.
Se
va a tratar, por tanto, de presentar un presupuesto equilibrado que se
va a hacer compatible
con “la congelación de la presión fiscal y con el incremento del gasto
social, principalmente el relacionado con pilares que sustentan el
Estado del Bienestar”. Y
finalmente,
la última magnitud de este techo de gasto son los ajustes de
contabilidad nacional, necesarios para expresar las cuantías
presupuestarias en términos
de contabilidad nacional, y que según ha indicado, para 2026 está
previsto que resten 128 millones de euros.
Un escenario macroeconómico positivo para Castilla-La Mancha
Se
trata por tanto de un límite de gasto no financiero, que según ha
indicado
Juan Alfonso Ruiz Molina se ha elaborado en el marco de un “escenario
macroeconómico positivo” tanto para España como para la región,
reflejado en los informes de los principales servicios de estudios, que
estiman un crecimiento sostenido de la economía regional
desde el inicio de la legislatura y que se prevé que continue hasta
2027.
Unos
datos a los que, como ha explicado hay que sumar una contención de la
inflación
que, según los últimos registros del mes de julio en Castilla-La Mancha
es del 2,4 por ciento, tres décimas menos que a nivel nacional, y que
se va a ver acrecentado “por el clima de estabilidad que impera en
nuestra comunidad y que se refleja en muchos indicadores
económicos”.
Esto
supone que, en términos de previsiones, el 2025 se espera que vaya a
finalizar
con un incremento del PIB en términos reales del 2,4 por ciento;
mientras que para el 2026, se ha estimado un crecimiento del PIB
regional en términos reales del 1,9 por ciento, y que “está en
consonancia” con lo que estiman los servicios de estudios más reputados,
como BBVA, Hispalik o Unicaja, y que cuenta con el respaldo de la
Autoridad Independiente (AIReF), que pone en valor la metodología
utilizada, “suponiendo un reconocimiento al rigor con el que desde el
Gobierno regional se trabaja a la hora de administrar
los recursos”.
En
esta línea, Ruiz Molina, ha puesto de relevancia la “prudencia” con la
que
desde el Gobierno regional se están haciendo estas proyecciones, pese a
la situación de inestabilidad internacional, debido al impacto de las
políticas arancelarias. Pese a ello, se trata de unas previsiones, que
según ha dicho están avaladas principalmente
por indicadores como el comportamiento del empleo; la inversión
extranjera; el crecimiento de las exportaciones; los buenos datos del
sector turístico o de creación de empresas.
Y,
en cualquier caso, y como principal referencia por la posición de
Castilla-La
Mancha en el ranking del Índice de Confianza Empresarial, con diez
puntos, encabezando junto a Cantabria este indicador, “reflejo del
ambiente de estabilidad en el que nos encontramos, así como del estado
de ánimo de nuestros empresarios y de su certidumbre
en nuestra política económica”.
El
responsable de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación
Digital ha cerrado su intervención
recordando que este techo de gasto, desde un punto de vista financiero
es prudente en cuanto a las estimaciones; y que no apela al
endeudamiento, al ser un presupuesto “déficit cero”. Y desde un punto de
vista político va a permitir,
afrontar “prioridades y compromisos adquiridos
con la ciudadanía”; así como, fortalecer la cohesión social de la
región con la consolidación del Estado del Bienestar; contribuir a su
crecimiento económico, mediante el impulso de la
actividad empresarial; hacer frente al reto demográfico, y favorecer la
sostenibilidad y la competitividad desde la transición ecológica y la
transformación digital, ejecutando con eficacia y rapidez los fondos
europeos de recuperación asignados a nuestro
territorio.
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Martes, 2 de Septiembre del 2025
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