“Mucho antes de que los independentistas plantearan la quita de deuda, lo hice yo, incluso con Mariano Rajoy en el Gobierno. No es nada nuevo en mi caso”, recordó García-Page, que participó en la inauguración del curso De la idea a la acción: los 30 años del Comité de las Regiones y la evolución de la política de cohesión de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

El jefe del Ejecutivo castellanomanchego argumentó que el Estado lleva once años sin actualizar el sistema de financiación autonómica, lo que ha obligado a las regiones a recurrir al endeudamiento para sostener los servicios públicos. “Me parece de justicia elemental que el Estado compense esa falta de financiación haciéndose cargo de parte de la deuda a la que nos ha obligado. En realidad, no es ningún regalo”, insistió.

En este sentido, pidió “quitar la hojarasca del debate” y no reducir la cuestión al enfrentamiento político, recordando que en el pasado el Estado ya asumió otras deudas, como la bancaria durante la crisis financiera.

Sobre la posición del Partido Popular, que ha anunciado que sus presidentes autonómicos no se acogerán a la medida, García-Page evitó dar consejos, aunque criticó la contradicción del PP en Castilla-La Mancha: “Se oponen a la quita, pero al mismo tiempo ya me están diciendo en qué gastar los ahorros que generaría. Eso es inconsecuente. Estas decisiones deben tomarlas de manera autónoma los presidentes autonómicos, no los partidos nacionales”.

Preguntado por la próxima reunión prevista entre Salvador Illa y Carles Puigdemont, García-Page se mostró escéptico y dijo que le suscita “muchísimas preguntas y ninguna respuesta”. Al mismo tiempo, expresó su apoyo al primer secretario del PSC: “Para mí, Cataluña la representa Illa. Puigdemont es la peor cara que ha presentado Cataluña. Lo que deseo es que quede claro que el presidente es Illa y que no hay mando a distancia desde Waterloo”.