Una gestación normal

Según relata la información de Diario Sanitario, la madre, N.M.L., acudió al hospital el 14 de noviembre de 2013, en la semana 40+2 de gestación, tras sufrir rotura prematura de membranas. Pese a detectar líquido meconial, no se procedió a monitorización continua hasta más de cinco horas después. Finalmente, se decidió practicar una cesárea de urgencia, con la niña naciendo cubierta de meconio y con signos evidentes de sufrimiento.

La recién nacida, a la que se debería haber monitorizado, fue enviada a planta sin atender los síntomas de hipotonía e hipoactividad, lo que agravó su estado.

Error en la intubación

La situación empeoró hasta requerir una intubación. Tal como detalla Diario Sanitario, esta se practicó de forma incorrecta, al introducirse el tubo en el bronquio derecho en lugar del izquierdo. El resultado fue la rotura del pulmón derecho y el colapso del izquierdo, una complicación que se habría evitado con una simple radiografía de control.

Tras ser trasladada al Hospital La Mancha Centro, en Alcázar de San Juan, la bebé sufrió una parada cardiorrespiratoria irreversible. Los facultativos no pudieron salvar su vida.

Carmen Flores, presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente, lamentó a Diario Sanitario, «es muy triste que se acabe con la vida de una bebé que venía en perfecto estado de salud y que se frustren la tremenda ilusión de unos padres que esperaban a su primera hija por una absoluta falta de diligencia en el seguimiento de un parto».

Por su parte, el letrado Francisco Fernández Bravo subrayó que «es vergonzoso que no se hiciera una simple radiografía para comprobar que la intubación había sido correcta, eso habría salvado la vida de Valeria».

Un acuerdo tras un proceso judicial

El caso, recogido por Diario Sanitario, concluye ahora con el acuerdo indemnizatorio con el Sescam, después de que los padres iniciaran el correspondiente procedimiento judicial. Según la Asociación El Defensor del Paciente, este desenlace busca, además de la compensación económica, llamar la atención sobre la necesidad de reforzar protocolos y controles en la atención hospitalaria para evitar que hechos similares vuelvan a repetirse.