Opinión

El futuro de La Mancha y el biometano en Tomelloso

Santiago Arroyo Serrano | Viernes, 24 de Octubre del 2025
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El metano en la historia de Tomelloso

En La Mancha y a lo largo de su historia siempre han existido tendencias a enfrentarse a todo lo que supusiera innovación y progreso.  Un filósofo manchego, que fundó e impartió clase durante 5 años en el colegio Santo Tomás de Tomelloso, Antonio Rodríguez Huéscar, el principal discípulo del filósofo José Ortega y Gasset, lo reflejó muy claramente en su ensayo "La rebelión contra el tiempo", refiriéndose al Campo de Montiel pero que podría aplicarse a toda la llanura manchega. Llama la atención que este hombre era muy amigo de Francisco Martínez Ramírez, "el Obrero de Tomelloso" con quien mantenía una buena amistad y correspondencia.

Bien pues en estas conexiones del universo, el Obrero de Tomelloso, ya pensó un proyecto similar al proyecto que para producir biogas una empresa privada presente instalar en el término municipal de Tomelloso, para convertir residuos del alcohol y otras industrias en energía. El ilustre tomellosero no logró que dicho negocio se instalara en Tomelloso, finalmente a pesar de sus contactos y las gestiones ante la CAMPSA -empresa pública en su momento-, no fue posible. Porque, aunque algunos quieran tergiversar la realidad, los residuos de particulares y empresas hay que tratarlos lo mejor posible, porque no tratarlos si que sería un problema, y para ello, además de ingenio se necesitan grandes inversiones como la que se pretende realizar en Tomelloso. Y es fácil entender que sin capital foráneo o fondos públicos, muchos de los proyectos que necesita La Mancha, no saldrían adelante, porque somos una tierra pobre, que puede crecer, pero pobre.  

El metano y los residuos han sido un problema con antecedentes en Tomelloso, pues ya en los años 80, el Gobierno Civil de la provincia y después la Junta de Comunidades, tuvieron que tomar medidas para evitar los riesgos de vertidos o acumulación de residuos de la industria en el terreno.  Una sentencia del tribunal supremo del año 1989 señalaba que "en virtud de estudios oficiales realizados por diversos organismos de la Administración se detectó, en el área de Tomelloso, que la inyección en el subsuelo de los efluentes generados por las industrias productoras de alcohol y, en concreto, las vinazas de vino, presenta, además del riesgo de contaminación de las aguas subterráneas, un peligro adicional derivado de la formación de gas metano por biodegradación de las vinazas en condiciones anaerobias, con riesgo de explosiones, tal, como ocurrió en el año 1980 en la Escuela de Capacitación Agraria, lo que exigía la eliminación de dicho sistema de vertido". Hubo polémica pues lo que se estaba dirimiendo es que las empresas tenían que gestionar las vinazas como residuos potencialmente peligrosos. De hecho, según señala la sentencia, una de las alcoholeras se defendió con "un estudio del sistema de eliminación de residuos realizado por el Profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, doctor don Benjamín, en el que se afirmaba que no se observa «incidencia apreciable de contaminación por vinazas» así como que «no existen indicios fehacientes de la génesis de metano en la cueva en cuestión»", pues bien, ese era el informe de la empresa que fue desestimado. Estamos en el siglo XXI y los residuos deben ser tratados con las mayores garantías y seguridad para la población. Esto es algo cierto y seguro y la responsabilidad de quienes nos gobiernan.

Además, cualquier persona que lea la prensa diaria se dará cuenta que uno de los retos del siglo XXI será la capacidad de generar energía, y no hay nada más sostenible -y que ha llevado años de investigación- que producir energía con lo que antes se desechaba. En territorios como La Mancha que ha sido y es pobre por naturaleza y el ingenio de sus gentes ha llevado a crear viviendas con piedras, y a abrir cuevas en el suelo para poder conservar su más preciado tesoro, el vino. Este proyecto, más costoso e innovador, va en la misma línea, crear energía de los residuos, que podrían ser un problema como sucedió en el pasado en Tomelloso.

Apuesta decidida de todas las instituciones por el biogás

Si el biogás fuera malo, no habría una apuesta tan consensuada de todas las administraciones públicas en su apoyo decidido a esta forma de generar energía. En los últimos años, el biogás se ha convertido en una alternativa cada vez más atractiva dentro del mundo de las energías renovables. Se trata de una tecnología sencilla de aplicar, especialmente útil en zonas rurales, donde se dispone de abundante materia orgánica. Además de generar energía limpia, el biogás permite aprovechar los desechos para producir biofertilizantes y mejorar el manejo sanitario de residuos. Gracias a estos beneficios, su uso se perfila como una opción sostenible y con gran potencial para impulsar el desarrollo local y cuidar el medioambiente. Y lamentablemente todas las energías limpias, sean placas solares o grandes molinos, tiene un impacto en el paisaje, pero nos hacen la vida mejor, y nadie se ha planteado que las grandes plantas solares o extensión de instalaciones eólicas afecten al turismo o desarrollo sostenible de La Mancha.

La FAO, que es el organismo de la ONU para la alimentación, indicó hace unos años que en los últimos años la energía y los biocombustibles ocupan un lugar prioritario en la agenda de América Latina debido a la volatilidad de los precios del petróleo y la necesidad de los países de adquirir mayor independencia energética. Agregó que América Latina produce cerca del 40% de los biocombustibles del mundo, y después llegó la guerra de Ucrania o la dependencia española de Argelia para disponer de gas suficiente. Felipe Duhart, oficial de Bioenergía de la FAO, señala “el aprovechamiento de los residuos orgánicos de las actividades agropecuarias para la producción de biogás, puede ser una excelente oportunidad para la sustentabilidad de los pequeños productores”. Tomelloso está lleno de pequeños productores. Y no lo dice un político que no ha tenido otra profesión en su vida, lo dice un experto. Pero además de una organización global y multinacional, hay otras noticias e instituciones que nos resultan más cercanas que apuestan por este tipo de energía

Motivos por lo que la gestión de residuos producción de Biogás es serio y seguro

Existen numerosos motivos para pensar que una planta así en un lugar en Tomelloso supone un salto cualitativo para que Tomelloso sea la ciudad más próspera de La Mancha. Para ello podemos hacer algunas aclaraciones:

1.     Hace unas décadas estuvo operando en Tomelloso una planta muy similar, junto al nuevo centro de salud, cercana a la población y no se recuerdan quejas. La tecnología ha evolucionado de manera exponencial.

2.     Este tipo de proyectos, en el que la iniciativa privada viene a resolver un problema de residuos, pero también viene a generar energía, que no nos sobra en La Mancha. Bienvenido sea si es viable su instalación es que cumple con todos los condicionantes legales, lo demás es ruido infundado.

3.     La mayoría de los agentes económicos dan su bendición a la planta, porque para el tejido agroindustrial es una facilidad poder gestionar adecuadamente sus residuos sin tener que irse a otros lugares y lo que supone en relación los costes de gestión y todo ello siguiendo la economía circular, la Agenda 2030 y los ODS.

4.     Algunos que critican este tipo de energía ahora se opusieron en su día a que el proyecto Clamber, que se instaló en Puertollano y no en Tomelloso que se centraba este tipo de energía (https://clamber.castillalamancha.es/servicios), que fue impulsado por el gobierno de Castilla-La Mancha, en tiempos de Cospedal. Aquellos se lamentaban de que Tomelloso perdiera un proyecto para una actividad similar que ahora ponen en cuestión, aunque no lo hace ni Page ni Pedro Sánchez, ni siquiera la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera.

5.     En esta línea, tanto el Consejo Europeo y el Parlamento han reconocido la ambición de la Unión Europea de aumentar la producción de biometano, porque las nuevas tecnologías de biometano ayudarán a Europa a dejar de depender de los combustibles fósiles rusos. 

6.     Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España desde hace ya algunos años, ha declarado en algún discurso que "hay que potenciar el uso del biogás, el biometano y, por supuesto, el hidrógeno renovable", y no ha puesto pegas ni dicho que sea perjudicial.

7.     Pero también el ‘Plan Regional de Biometanización de Castilla-La Mancha 2030’, defendido por Page es “el primero que se está llevando a cabo de este tipo a nivel nacional y que va a movilizar una inversión privada total de 1.425 millones de euros y la creación en torno a 1.615 puestos de trabajos”. Todo son bondades y ventajas.

8.     Es evidente que si las instituciones públicas tuvieran recursos para realizar este tipo de inversiones no solo no las harían sino que sería imprudente no gestionar adecuadamente este tipo de residuos. Y si todas las administraciones están alineadas con la importancia de estos proyectos. ¿Por qué preocuparse?

Si hay debate que sea serio y riguroso

Un debate serio es conveniente antes de lanzar acusaciones y bulos. No parece coherente hablar de "negocio sucio", de falta de planificación ciudadana difundir desinformación por opinadores sobre materias que desconocen. Esto no es una cuestión partidista, el Alcalde de Manzanares, siendo un referente en el PSOE, también senador del Reino, y como uno de los concejales y alcaldes más longevos de La Mancha que ha declarado estos días: "este tipo de instalaciones son “imprescindibles” en la economía circular y considera que, cumpliendo todas las exigencias medioambientales, “no hay que tener la mente cerrada a nada”, pero señalaba que las plantas de biogás o biometano dan una solución a los residuos que generan industrias como la vitivinícola, la quesera, la agraria o la ganadera, y señala que “la diferencia de que se implanten en tu término o que se implanten en el término del lado es muy grande", pues es una inyección de más de 25 millones de euros en los próximos años, para una tierra a la que no le sobran los recursos y pueden ser invertidos en muchas cosas buenas, para que entre otras cosas, podamos seguir viviendo en nuestros pueblos.

Tomelloso es sin duda un ejemplo de sostenibilidad con sus cuevas-bodega, con la revalorización de sus piedras que han permitido crear refugios únicos en el mundo como los bombos y si ahora con los residuos de su agricultura y ganadería se produce energía, qué más podemos pedir, que no nos sobra el dinero.  Lo que parece no sostenerse es que se escuchen voces en contra sin ninguna base científica y se venda un proyecto que tiene las bendiciones de la Comisión Europea, el Gobierno de España y el Gobierno de Castilla-La Mancha como "sucio", se intente confundir a la ciudadanía con que "no hay estudios previos". No hacen falta monólogos sino diálogos y debates serios y fundados sobre las verdaderas ventajas e inconvenientes de estos proyectos.

Hay algo más importante, en un estado de derecho, ninguna empresa puede operar sin licencia y sin un control exhaustivo de sus impactos ambientales, por lo que eso será algo que tendrán que determinar los expertos tanto del Ayuntamiento de Tomelloso como de la Junta de Castilla-La Mancha, porque quien habla mal de un proyecto que puede cumplir con todas las medidas legales, sanitarias, etc. lo hace desde la opinión más infundada intentando confundir y engañar o para aprovecharse políticamente de un proyecto que ellos mismos desde sus puestos en el gobierno llevan apoyando sin saberlo muchos años. Pero lo que no es serio, es bendedir las políticas de desarrollo sostenible de la Comisión Europea, del Gobierno de España, del Gobierno de Castilla-La Mancha y ahora, porque “puede haber malos olores” oponerse a un proyecto totalmente estratégico para el futuro de La Mancha.

A mí, particularmente, me da por confiar en las administraciones y si este proyecto tuviera algún problema no se darían las autorizaciones pero sobre todo no se impulsarían desde todas las instancias, gobierne quien gobierne. Y si hubiera algún riesgo para la población y territorio, dudo que estuviéramos hablando de ello. Una cosa es lo que pensemos y otra cosa las políticas y los informes técnicos reales, que parece que son favorables.  

Es preocupante leer a algunos dirigentes locales que no han arriesgado un céntimo en su vida, y saben lo que es la vida laboral más allá de la política, vengan a señalar que "que ni es del territorio, ni aparentemente es reconocible en el sector de la eficiencia energética", poniendo en duda una inversión millonaria en el territorio que ha sido valorada positivamente por todos los sectores económicos. La Mancha y Tomelloso necesitan inversiones serias y no políticos que se aferran a su cargo porque no tienen dónde ir. Vengan de donde vengan, tienen que cumplir la ley.

Por tanto, es conveniente disponer de toda la información, debatir de manera seria y poner sobre la mesa las potenciales ventajas e inconvenientes de esta inversión, para las empresas, para las personas y para el futuro de nuestra tierra, porque si no hay futuro, ni empresas, ni empleo, no hay mucho más de lo que hablar. Seamos serios, nos jugamos mucho y cualquier que conozca un poco el territorio manchego, es consciente de ello.

Santiago Arroyo Serrano

Doctor en Filosofía y Profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha

Académico de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha  

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