Soplan vientos de vendimia
presagio de ricos caldos,
rojos latidos de la vid en bodega
"En un lugar de La Mancha..."
como Cervantes diría
del que yo sí quiero acordarme.
Nuevos vinos,
sangre de antiguas vendimias
celestial ambrosía
alimento para Dioses,
que todo aquel que lo deleita
de inmortalidad goza.
A mosto huelen las calles
y de cada sorbo
fluye una historia
que el sol ha nutrido
del sudor del manchego campo.
Divino elixir
perfuma las tierras del Quijote,
hidalgo y caballero andante
seco de carnes y enjuto de rostro.
Nuestro jugoso mostel
el que con mimo
la tierra ha custodiado
es dulce néctar
para el exquisito paladar,
el que por la boca chorrea
y emborracha los sentidos.
Cada día
al despertar el alba
la fuerza del hombre manchego
de las viñas nace,
gozo intenso
que hace las almas
más humanas.
Y el alegre sol
colorea pintón los racimos
recién nacidos en la llanura,
los mismos que con ternura
sus rayos doran,
cuidados con esmero
por el paciente
hombre tomellosero
que canta mientras se regocija
entre la abundancia de las cepas
trabajadas en el año de ésta
mi amada Estepa Manchega.
La misma
que desde siglos
coqueta se engalana
de cepas y emparrados,
donde se descuelgan
magníficos racimos de uvas
madurados al amor del sol.
Jugosas perlas manchegas
de seductor e interesante grado
único en el mundo,
como los zarcillos
que lucen las mozas
de uvas doradas y pintonas.
Vinos tintos y blancos,
espumosos y afrutados,
florecidos al calor
del corazón manchego.
Maduradas vides
al amor del sol se gestan
bajo la atenta mirada
de la ardiente estrella de fuego,
la que desde el cielo metamorfosea
en dulce miel
el latido de vendimia
en el pecho
de garridos manchegos.
Mozos
que de vino tiñen
la propia sangre y el sudor
del valeroso agricultor,
surcador de caminos
acarreando la cosecha
en remolques bien pisados.
Obras de arte,
colmos al oleo
a pincel trazados,
maravillosos
paisajes manchegos
que del alma nacen
y del esfuerzo y el trabajo viven.
Lienzos espléndidos
de gente llana
a la sombra de su sombrero,
de viña y viñedos
guardando frescura de bodega
en los bravos corazones
de los adorables castellanos.
MI AMADO TOMELLOSO
tierra de lagares,
de bodegas
que acunan y mecen con cariño nuestros vinos,
de galeras y mágicos lugares,
bañados por ríos de arrope
que satisfacen sabores
con trozos de mostillo,
y rico vinillo
fermentado con Amor,
que enamora la razón
de hermosas y lozanas Dulcineas
a la sombra
de las majestuosas chimeneas
cuando queman el alcohol
y sus preciosas miradas
embellecen.
Los gañanes
con abarcas de esparto fino
descalzos la uva pisan,
dando paso
sin pausa y sin prisa
a los caldos nuevos
que encienden
los ojos desvalidos,
siendo el bálsamo
para aliviar la fatiga
y alegrar la razón.
De la garnacha,TEMPRANILLO,
afrutado CHARDONNAY,
floral y vibrante ALBARIÑO,
VERDEJO
fresco y aromático doncel.
Soplan vientos de vendimia
de recuerdos y suspiros,
de amor a la tierra,
de calurosos septiembres
que tortas de mosto meriendan
antes de echar el cigarro
y saciar la sed
con el agua del botijo
a la sombra del tractor,
de jotas tocadas
con el cucharón en la sartén,
de almuerzos de gachas
y buen tocino.
Soplan aires de vendimia
en un lugar de La Mancha
que a mí alma enamora
Paloma Jiménez Lara.