Dos años de pinceles, risas y compañía

El taller, impulsado por Manoli Jiménez, con la colaboración de María Teresa Hernández y Teresa Avilés como monitoras, cumple ya dos años de recorrido. “Empezamos con el color, las mezclas y la alegría de pintar sin miedo, y poco a poco se fueron animando, comprándose lienzos y materiales. Ahora ya no hay quien las pare”, explica entre risas Manoli.

En esta segunda etapa, las alumnas han trabajado principalmente con pintura acrílica, explorando paisajes, figuras y bodegones. Aunque los motivos son variados, predomina el paisaje como símbolo de serenidad y libertad. “Una de las compañeras dice que cuando pinta se le pasa el hambre y el sufrimiento”, cuenta Manoli. “Pintar les está devolviendo las ganas de vivir”.

Arte para superar la soledad

El grupo, formado actualmente por diez mujeres, ha encontrado en el arte un refugio contra la tristeza. “La mayoría somos viudas, y esto nos ayuda muchísimo —explica la profesora—. Con cada cuadro se van superando”.

La exposición será además un homenaje a las compañeras que ya no pueden asistir al taller, pero que siguen presentes a través de sus obras.

Una exposición muy especial

Entre las piezas expuestas hay paisajes, figuras y obras con inspiración religiosa, como un “Cristo de la Misericordia” pintado por la propia Manoli, que demuestra cómo la técnica acrílica puede adaptarse a cualquier tema “cuando se le coge el aire”.

La Cruz Roja de Tomelloso ha apoyado plenamente la iniciativa, encargándose de los carteles y el montaje de la exposición, que podrá visitarse durante dos semanas, también colaboran el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Tomelloso. “Queremos que venga mucha gente —dice Manoli—, que vean lo que somos capaces de hacer y que entiendan que no hay edad para empezar a crear”.