Tomelloso

Javier Villena, doctor agrónomo: «Si no hubiera sector agrario las zonas rurales quedarían desiertas»

El tomellosero, profesor de la Escuela de Ingenieros de Ciudad Real asegura que sin el campo los pueblos pierden su base económica y social

Nuria Tejedo / Lanza | Viernes, 28 de Noviembre del 2025
{{Imagen.Descripcion}} Foto de Elena Rosa Foto de Elena Rosa

Con algo más de 2.1 millones de habitantes y una extensión de casi 79.400 km², Castilla-La Mancha es la novena comunidad autónoma en población, pero la tercera con menor densidad de habitantes por km², una media de 26. No obstante, el ratio es muy inferior a esta cifra en el 68% de los municipios, donde el promedio se queda en 12,5 hab./km². Esto es así porque en más de la mitad de los municipios castellano-manchegos habitan menos de 500 personas. La provincia de Ciudad Real no es ajena a esta situación; si bien, en los últimos años el éxodo se ha frenado y, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ya se acerca al medio millón de habitantes.

El Reto Demográfico, frenar la despoblación, es uno de los principales objetivos municipales, provinciales y regionales. Por ello, durante 2025 la Diputación Provincial ha destinado parte de los 165 millones de su presupuesto anual a fijar población a través de la mejora de infraestructuras, servicios, planes de empleo y fomento de la cultura, el deporte o el turismo. Y para el próximo año, ya ha anunciado que la lucha contra la despoblación seguirá siendo uno de sus ejes presupuestarios.

Por su parte, el Gobierno autonómico ha destinado este año una partida récord de algo más de 2.000 millones de euros (de sus 12.716 millones de presupuesto) a combatir la despoblación e impulsar el desarrollo en el medio rural. En esta realidad rural de la región y la provincia, la agricultura desempeña un papel clave y transversal en la fijación de población.

Para conocer algo más de la estrecha relación que vincula campo y despoblación, Lanza ha hablado con Jaime Villena Ferrer, profesor ayudante doctor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Ciudad Real.

El profesor apuesta por formación, innovación, ayudas reales y precios justos, para mantener el interés por el campo / Elena Rosa
El profesor apuesta por formación, innovación, ayudas reales y precios justos, para mantener el interés por el campo / Elena Rosa

Pregunta.- ¿Qué papel juega el sector agrario en la lucha contra la despoblación en zonas rurales como la provincia de Ciudad Real?

Respuesta.- Tanto la agricultura como la ganadería siguen siendo actividades esenciales en la economía rural. Generan empleo directo, e indirecto, a través de industrias agroalimentarias, cooperativas, transportes, comercialización y servicios. Estas actividades son fundamentales para que las familias permanezcan en los pueblos. Se suele pensar que el sector agrario solo produce alimentos, pero es un motor social, económico y cultural, que da vida a los territorios. Si no hubiera sector agrario las zonas rurales quedarían desiertas.

P.- ¿Cómo afecta la agricultura en el sostenimiento económico y social de los municipios rurales?

R.- La agricultura es el principal sostén económico y social de las zonas rurales. Actúa generando empleo, fijando población, conservando el medio ambiente y manteniendo vivas las tradiciones, no hay que dejar de lado la cultura adquirida en los pueblos y transmitida de generación en generación. Actualmente se está impulsando la innovación y el desarrollo local, cada vez hay más personas interesadas en una vida más tranquila, alejada del estrés de las grandes ciudades. Estas personas llegan con ilusión y con ideas para generar oportunidades que fomenten el crecimiento rural y frenen la despoblación.

P.- ¿Cuál es, entonces, la relación entre el abandono del campo y la pérdida de población en los pueblos de la provincia de Ciudad Real?

R.- El abandono del campo y la pérdida de población van de la mano, cuando la actividad agraria desaparece de los pueblos, lógicamente se ven reducidas las oportunidades de empleo agrario, pero a su vez de todo el sector servicios que va ligado a esta actividad, como talleres, ferreterías, distribuidores de abonos y fitosanitarios, maquinaria agrícola, etc. Este sector terminaría por desaparecer, lo que empujaría a las familias a abandonar las zonas rurales y buscar trabajo en las grandes ciudades. Sin agricultura, los pueblos pierden su base económica y social, acelerando la despoblación.

P.- ¿Cómo ha cambiado el perfil del agricultor en los últimos años en la provincia?

R.- Ha sufrido un gran cambio en esta última década. Es un agricultor más formado, muy interesado en aprender y adquirir conocimientos, muy abierto a la innovación. Esto se ha visto posibilitado por la gran cantidad de información que tiene a su disposición y por otras experiencias de agricultores, ya no solo del territorio sino que también de otras regiones. La globalización ha facilitado estos intercambios de información. Se apuesta por la digitalización, la agricultura de precisión y la sostenibilidad. Las nuevas tecnologías atraen a jóvenes cualificados y poco a poco, el campo se va transformando en un sector tecnológicamente avanzado.

Viñedo en la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Ciudad Real / Elena Rosa
La Escuela de Ingenieros Agrónomos de Ciudad Real cuenta con un pequeño viñedo / Elena Rosa

El relevo generacional va lento

P.- Pero, ¿se está produciendo realmente un relevo generacional en el campo ciudadrealeño?

R.- En nuestra provincia el relevo generacional avanza de forma lenta. Hay jóvenes incorporándose al sector agrario, en parte, atraídos por las ayudas de la administración, ya que sin estas es más complicado hacerlo. Sobre todo son hijos de agricultores que deciden coger las riendas de las explotaciones familiares. El ritmo de incorporaciones no compensa las jubilaciones, por lo que sigue siendo uno de los grandes retos para garantizar el futuro del sector.

P.- ¿Y cuáles son las principales barreras que impiden que los jóvenes se incorporen al campo?

R.- Son el alto coste de acceso a la tierra, por eso normalmente se incorporan jóvenes cuyos familiares ya tienen una explotación agraria. Otra barrera es la falta de financiación inicial para poder poner en marcha sus empresas agrarias. A parte de esto, cobra una gran importancia la incertidumbre sobre los precios y mercados. Actualmente el campo es un valor refugio para grandes corporaciones que no tienen nada que ver con el sector agrario, esto implica que esas grandes explotaciones aumentan las producciones, lastrando los precios medios percibidos por los agricultores profesionales.

P.- ¿Qué factores económicos o sociales podrían hacer más atractiva la vida rural para los jóvenes titulados o emprendedores del medio urbano?

R.- Uno de los factores clave para que la vida rural sea atractiva a jóvenes titulados y emprendedores, es el acceso a vivienda y servicios públicos básicos, como colegios o centros de salud, tener una conectividad digital de calidad, incentivos fiscales, apoyo a proyectos innovadores. Los jóvenes cada vez priorizan más tener una vida tranquila, disfrutar del tiempo en familia, incluso renunciando a salarios más elevados, que podrían percibir en las ciudades.

P.- ¿Qué tipo de políticas o incentivos podrían resultar más eficaces para que estos jóvenes vean en la agricultura una opción de vida?

R.- Las políticas para atraer jóvenes al campo deben combinar las ayudas directas para la incorporación, que se perciben actualmente, pero también deben facilitar el acceso a la tierra y a los créditos baratos. Además, es clave simplificar la burocracia, cada vez hay más “papeleo” y más tiempo para resolver los trámites. Es fundamental garantizar infraestructuras básicas en el medio rural.

P.- ¿La innovación tecnológica y la agricultura de precisión pueden ser una herramienta eficaz para fijar población y crear empleo en el medio rural?

R.- Sí, son herramientas decisivas. Las nuevas tecnologías han conseguido aumentar la rentabilidad, reducir costes en las explotaciones agrarias, disminuir el tiempo de trabajo y hacerlo más atractivo para jóvenes cualificados, creando un sector moderno y competitivo que ofrece oportunidades reales en el medio rural.

Los jóvenes de ahora son cada vez más tecnológicos, esto genera nuevas ideas. La innovación agraria es clave para generar nuevas oportunidades. Tanto el acceso al agua, como su gestión eficiente es fundamental para que nuestros cultivos sean competitivos, cada vez hay más herramientas que ayudan a los agricultores a no desperdiciar ni una gota de agua, simplemente se necesitaría algo más de formación, como por ejemplo en el uso de sensores o riego deficitario. También la mejora genética aumenta la productividad y reduce costes.

Jaime Villena , profesor de ETS de Ingenieros Agrónomos de Ciudad Real / Elena Rosa
Jaime Villena , profesor de ETS de Ingenieros Agrónomos de Ciudad Real / Elena Rosa

El apoyo al campo "no es suficiente"

P.- En su opinión, ¿se está apoyando suficientemente todos estos aspectos de relevo generacional y modernización del sector agrario?

R.- Se han dado pasos importantes para apoyar el relevo generacional y la modernización del sector, con ayudas específicas y programas de formación. Soy consciente de que por parte de la administración se están haciendo grandes esfuerzos, pero si vemos la realidad del campo, al hablar con los jóvenes, no es suficiente. Muchos de ellos no pueden incorporarse debido a los problemas que hemos comentado, como la dificultad de acceso a la tierra, la burocracia y, en muchas ocasiones, la falta de servicios en el medio rural.

P.- ¿Qué ejemplos positivos destacaría en la provincia de proyectos o explotaciones que estén contribuyendo a frenar la pérdida de población rural?

R.- En Ciudad Real hay ejemplos que demuestran que el campo puede generar futuro, hay cooperativas que se han modernizado en poco tiempo, destacando como grandes empresas. Virgen de las Viñas, Montes Norte o Bodegas Yuntero que han apostado por la innovación y realizado grandes proyectos empresariales, han tenido la oportunidad de apoyarse en herramientas de desarrollo rural como LEADER y FOCAL. Y están las pequeñas explotaciones que comercializan productos artesanales de gran calidad, uno de los distintivos de los productos manchegos. También hay que valorar el trabajo de asociaciones como Geo Alternativa, para formar en materias agrarias, conservar nuestro patrimonio rural y concienciar a la población de su importancia. Y destaca el trabajo que se está haciendo para fomentar el turismo rural que contribuye a fijar población de manera estable en nuestros pueblos.

P.- Por otro lado, ¿hasta qué punto la rentabilidad de los cultivos tradicionales puede ser clave para evitar el abandono del medio rural?

R.- La rentabilidad de los cultivos tradicionales, como la viña y el olivo, es clave para evitar el abandono rural. Sin rentabilidad, el riesgo de despoblación aumenta, por eso es esencial que los agricultores y ganaderos perciban precios justos que les permitan vivir dignamente de su actividad. Actualmente se están introduciendo otros cultivos leñosos que aportan mayor rentabilidad, como es el caso del pistacho.

P.- ¿Se está valorando lo suficiente ese patrimonio agrícola?

R.- En nuestra zona tenemos un patrimonio agrícola que, por desgracia, no se valora lo suficiente. Nuestro clima hace que nuestra agricultura se desarrolle prácticamente sin necesidad de uso de fitosanitarios. Tenemos la suerte de tener productos de calidad. Existen figuras como Denominaciones de Origen e IGP [Indicaciones Geográficas Protegidas] que lo certifican. Pero es necesaria una mayor promoción, inversión en innovación y reconocimiento por parte de los consumidores. Estos deben saber el gran valor que tiene el sector agrario sobre el conjunto de la sociedad. Recientemente, estamos viendo diversos ejemplos de la importancia de la actividad agraria y ganadera, por ejemplo, fomentando la trashumancia y el pastoreo. Se podría solucionar el grave problema de los incendios que asolan nuestros montes. Los agricultores y ganaderos siempre han sido los principales conservadores de la biodiversidad y los mejores protectores frente al cambio climático.

P.- Y si tuviera que señalar tres prioridades para garantizar el futuro del campo y del medio rural en Ciudad Real, ¿cuáles serían?

R.- Primero, impulsar el relevo generacional con formación, apoyo, ayudas acordes a la situación real del sector y, sobre todo, precios justos para los productos. Segundo, apostar

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