Las obras de Marisa inundan de luz y color la taberna. La artista lleva a la exposición retratos, con miradas de frente, alegres y francos con un realismo piadoso y nada frío

La artista se encuentra emocionada con su primera exposición en solitario. Nos confiesa que para ella es un honor colgar su obra en El Rinconcito, un local que apuesta decididamente por los artistas emergentes. La exposición llega, señalaba Marisa, ante la insistencia del propietario del local, Mario Caballero. La autora ha tenido que completar la serie que expone, “Miradas”, una sucesión de rostros de personas de varios lugares del mundo.

Marisa Jiménez no se limita a pintar retratos, va más allá, dejando su huella en cada uno de ellos. Utiliza colores vivos, haciendo hincapié en los ojos, en las miradas. Y es que para la pintora la mirada es uno de los rasgos más importantes en una persona, de ahí su insistencia en ese aspecto del rostro humano. La artista encuentra los motivos en la fotografía, un arte que también le gusta mucho, y para la siguiente exposición anticipa que plasmará en acuarelas sus propias fotografías.

La pintora usa acuarelas, pastel  o tinta china. Marisa lleva cuatro años pintando, comenzó a estudiar acuarela con el artista Manuel Buendía. Asegura que la acuarela satisface sus inquietudes artísticas. Marisa Jiménez ha convivido desde pequeña con la pintura, tiene un tío que es pintor y siempre le ha gustado el dibujo y el diseño. Tuvo que abandonar el arte hasta que retomó la pintura hacer cuatro años. Para acabar, nos asegura que se encuentra muy ilusionada con la exposición que se inaugura esta noche.

Durante al menos quince días se pueden contemplar las “Miradas” de Marisa Jiménez en El Rinconcito.