Opinión

Campamento romano de El Real en Campo de Criptana

Daniel Cuadrado Morales | Miércoles, 1 de Agosto del 2018
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Situado al norte de la provincia de Ciudad Real, en el término de Campo de Criptana, el campamento romano de El Real nos ofrece un ejemplo perfecto de arquitectura militar romana, constituyendo además, por sus características propias, un lugar único en la región. Los pocos datos que se han podido recabar sólo nos permiten lanzar conjeturas sobre tu tipología y usos, así como de la época concreta en la que fue levantado.

Muro del campamento

El campamento.

El campamento se encuentra localizado a unos ochocientos metros del cerro donde se levanta la Ermita de la Virgen de Criptana, entre ésta y la población, cerca de la carretera CM-420. De su estructura sólo se conservan los muros exteriores, y no completamente, pero aun así la existencia de estos muros nos permite hacernos una idea del tamaño y forma de la construcción.

El recinto original, ya que está dividido en dos, era de forma cuadrada, característica que lleva a datar este primer campamento en la época republicana, tal vez allá por el siglo II a.C. El perímetro ocupa casi seis hectáreas cuadradas con unas dimensiones de 245 metros de largo por algo más de 233 de ancho. Algunas de las esquinas de la muralla están biseladas, en mayor o menor medida, para adaptarse a las irregularidades del terreno. No se ha conservado ninguna estructura que sirviese de entrada al campamento pero es evidente que las tendría que haber, seguramente cuatro aperturas en cada uno de los lados de la muralla. Por otra parte, los campamentos romanos tienen en su mayoría elementos comunes, tales como fosos y torres de defensa. En el caso del campamento del Real no se ha encontrado evidencias de ninguna de las dos estructuras, muy probablemente porque no existan. Hay que destacar que el suelo de la zona es muy duro y complejo de excavar  y tal vez no mereciese la pena hacer el foso, en su lugar se aumentó el tamaño de los muros. Estos muros exteriores, los únicos que se conservan tienen una anchura de unos 4,5 metros y su parte externa llega a elevarse en algunos puntos casi un metro. Originalmente eran mucho más altos pero con el paso de los siglos toda la estructura ha sido objeto de un expolio sistemático, siendo utilizado como cantera para otras construcciones aledañas posteriores.

Campamento primero
Estructura del primer campamento.

Por otra parte tenemos el segundo campamento, de una época posterior y mucho más pequeño que el primero. Esta segunda estructura se obtuvo aprovechando los restos anteriores y construyendo un muro, de una anchura menor a los primeros, cruzando el campamento por el centro y dividiéndolo. Se obtiene así un recinto rectangular de unas tres hectáreas cuadradas y 114 metros de largo por 233 de ancho. Esta zona sería más sencilla de datar en vista  a que este tipo de campamentos rectangulares fueron usados hacia la etapa final de la República romana y sobretodo en época imperial. En Hispania no hubo combates durante el Imperio, salvo al inicio del reinado del primer emperador, Augusto, y éstos se desarrollaron en el norte, en Cantabria, lo que nos lleva a pensar que quizá este campamento albergó tropas romanas hacia finales de la era republicana, en los tiempos de la guerra civil entre Julio César y Pompeyo.

Extensión segundo campamento
Segundo campamento a partir del primero.

Ambas estructuras son de pequeño tamaño, en comparación con otras construcciones usadas con el mismo fin, por lo que seguramente fuese ocupado por unidades pequeñas en tránsito a otra parte, o por destacamentos que usasen el campamento como base para operaciones de mayor envergadura en la región. Como he mencionado anteriormente, es demasiado pequeño para albergar una o varias legiones romanas.

En el interior del campamento no se han encontrado estructuras, ni restos materiales de ninguna clase como para permitir lanzar alguna hipótesis precisa, por lo que solo podemos aventurarnos a realizar conjeturas en base a otros restos encontrados en otras regiones y al contexto histórico de esta región en particular. Al parecer, según algunos autores pasados, se hallaron en el Real puntas de flecha y otros objetos similares, pero por desgracia no se ha sabido nada acerca de ellos.

Usos del campamento y contexto histórico.

Campo de Criptana se encuentra ubicado en la región conocida como Carpetania. La zona fue conquistada por los romanos durante las campañas Graco en el año 180 o 179 a.C, identificándose Alces con el moderno Alcázar de San Juan, y Cértima, con algún enclave cercano a Campo de Criptana. Muy posiblemente el primer campamento, de forma cuadrada, fuese empleado por las tropas de este general durante su paso por esas tierras, para asediar el asentamiento indígena que se alzaba en el cerro donde ahora se encuentra la Ermita. Nuevamente la falta de pruebas arqueológicas nos impide asegurar completamente esta hipótesis. De lo que no cabe duda es que la región fue un paso estratégico para las tropas que se dirigían al sur y que operaban en la zona.

En el caso del segundo campamento no sabemos con certeza el momento de su ocupación ni reutilización, aunque como se ha mencionado antes, seguramente fuese usado por tropas romanas que luchaban contra otras tropas romanas.

Los romanos usaban varios tipos de campamentos, o castra, como ellos los llamaban: campamentos de marcha, que se construían en madera y que se utilizaban para pasar la noche, campamentos semi estables destinados a pasar algún tiempo entre sus muros para realizar alguna operación en concreto, o por algún imprevisto, y por último los campamentos de invierno, que solían tener grandes muros de piedra y barracones del mismo material con el fin de que las tropas pudiesen pasar allí los rigores de los inviernos con relativa comodidad. En base a los restos de las murallas externas que se conservan en el Real podríamos aventurarnos a decir que el campamento perteneció a una de las dos últimas categorías. En cambio, esto no concuerda con la ausencia de restos internos, ya que, en caso de haber existido estructuras de piedra, forzosamente debería haberse preservado algún indicio, por pequeño que fuese. Por tanto la única alternativa que puede resultar razonable es que el campamento era una suerte de base de operaciones en el marco de una campaña militar mucho más grande.

Lajas de la base del muro.png

Los actuales territorios de la provincia de Ciudad Real fueron tierras estratégicas en época romana, pasando por ellas contingentes de tropas, e incluso combatiendo, como se ha apuntado antes al hacer referencia a las campañas de Graco en el siglo II a.C. A pesar de contar con importantes restos y asentamientos, tales como Sisapo, o la ciudad romana de Laminium (actual Alhambra), existe cierto desconocimiento de la época romana en Ciudad Real.

Las imágenes que acompañan este artículo pertenecen al estudio de Antxoka Martínez Velasco titulado “Conquista y romanización en La Mancha y el Campo de Montiel: El campamento romano de El Real (Campo de Criptana, CR)”.

Muro.png

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