El Hermano Mayor de San isidro, Manuel Ruiz, explicó que es la primera velada que organiza la junta directiva que preside. Una actividad que comenzó la anterior junta y que la actual quiere continuar, señaló Ruiz, que se celebra en el marco incomparable de la ermita de San Isidro. Agradeció la colaboración de Tomillar Ensamble en la velada.

Fue una velada en la que el público disfrutó y mucho. No solo por el fresquito de la noche o la tranquilidad de la pradera de San isidro —que también contribuyeron— sino por el gran concierto que ofreció Tomillar Ensamble. Es un cuarteto formado por Irene López Serna a la flauta, Agustín Pradillos con el clarinete, Antonio Plata a la trompa y al piano, Marieli Blanco.

Los músicos eligieron un entretenido programa de ópera y zarzuela que gustó mucho al respetable. Los intérpretes hicieron una agradecida labor didáctica presentando cada uno de los números. Comenzaron con cuatro piezas operísticas, “Nessu dorma” de Turandot, “Una furtiva lágrima” de L’elisir d’amore, la “Habanera” de Carmen y “E lucevan le stelle” de Tosca.

Y la noche continuó con zarzuela. Tomillar Ensemble interpreto números de obras conocidísimas, Alma de Dios, Agua, azucarillos y aguardiente o La Verbena de la Paloma, entre otras. El programa acabó con la “Canción del sembrador”, de La rosa del azafrán, como dijo Marieli Blanco en la presentación, el himno oficioso de Castilla-La Mancha.

Los músicos fueron desgranando el programa con maestría y con gran complicidad con el público. Se les notaba a gusto. Y a nosotros también gracias a Tomillar Ensemble.

Tras la ovación del público, Tomillar Ensemble interpretó como propina el “Liabiamo…” de La Traviata, el conocido brindis que los músicos llevaron a cabo y no de manera virtual, descorchando una botella de espumoso de Tomelloso y brindando con el público.

La noche acabó con un vino para los asistentes por gentileza de la Hermandad de San Isidro.