Navarro se refirió a la situación de los gatos, con colonias en algunas zonas de la ciudad, que generan problemas entre vecinos. “A algunos les molesta la presencia de estos gatos, otros en cambio les dan comida y los protegen en la medida de sus posibilidades. Sin embargo, y esto es lo más triste de todo, algunos han sido multado por este motivo, con sanciones que han llegado hasta los 150 euros”.  Proyectando unas impactantes diapositivas fue mostrando el abandono de camadas de gatos en cajas que dejan junto a puertas o en contenedores de basura. Animales atropellados o con alguna enfermedad que la protectora ha ido recuperando de una forma admirable, a base de mucho trabajo, tiempo, dinero  y la colaboración de algunas clínicas veterinarias que colaboran con la protectora.

Según explicó María Jesús Navarro, el albergue de animales que existe en la ciudad “no está preparado para acoger a los gatos” y para solucionar el problema propuso llevar a cabo un control  de colonias mediante el método CER (capturar, esterilizar, soltar o reubicar). “Los que sean salvajes vuelven, ya esterilizados a la colonia con una marca en la oreja para que se sepa que esa gata ya está esterilizada, y al resto se le buscan adopciones para que se puedan reubicar en una casa. Sería muy interesante poner en práctica este método que funciona francamente bien en muchas ciudades de España y que supondría una medida muy eficaz para que las colonias no crezcan en exceso”.  Navarro también abogó por la puesta en marcha de campañas de sensibilización y en centros de barrio

María Jesús Navarro explicó que “muchas de las adopciones se producen en países extranjeros de Europa  donde la tasa de abandono de animales es mucho menor”.

Por su parte, Ainhoa Mendoza agradeció a Ciudadanos, “la organización de este acto que permite darnos a conocer y seguir concienciando a la sociedad sobre el problema”. Ainhoa Arribas aseguró que “la perrera de Tomelloso es un centro de acumulación de perros y de gastos. Mucha gente no sabe ni siquiera donde está. Recogen los animales que pueden, pero no les dan salida, de hecho sabemos que hay animales que permanecen allí, ocho, nueve y hasta diez años en un pequeño espacio de dos metros cuadrados que les provoca atrofia muscular y problemas en la vista ya que no ven el sol directamente”.

Mendoza denunció la triste situación de los galgos, utilizados en su mayoría para la caza, y abandonados cuando la temporada termina. “Es un perro que lo aprovechan para esta actividad, pero no existe cultura de cuidarlo y quererlo realmente, salvo en algunas excepciones. Hay que concienciar a la gente de que los galgos también son animales de compañía”. 

Tras explicar algunos de los casos a los que tuvo que enfrentarse, Mendoza llevó a cabo una interesante reflexión final. “El Ayuntamiento debe facilitar a las protectoras su labor de ayuda a los animales, tiene que haber mucha concienciación para que aumente el respeto a los animales y una mejor gestión de la perrera municipal que, en principio, no cumple con la normativa y con los protocolos establecidos. Hace falta también personal que sepa gestionarla bien. Tal y como está planteada ahora mismo es como un campo de concentración para animales”.