Opinión

Hagamos que la vida de Miguel Ángel sirva para algo

Luis Ballesteros Martín de Almagro | Lunes, 11 de Abril del 2022
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Dice la canción, "Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va,

Y va dejando una huella que no se puede borrar. (…)

Ese vacío que deja el amigo que se va.

Es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar”.

Hoy recibía la triste noticia de la muerte de mi amigo, Miguel Ángel Velasquez.

La muerte no es un tema habitual de conversación, es algo de lo que no se suele hablar, a pesar de ser la única certeza con la que nacemos, de ser la necesaria contrapartida a la vida. 

Ante la muerte de alguien nos suelen faltar las palabras; nos sentimos incómodos ante quienes lloran una muerte. El símil más bonito sobre la muerte que he oído nunca es el de la mariposa: “morir significa, simplemente, mudarse a una casa más bella, hablando simbólicamente, se sobrentiende. Desde el momento en que el capullo de seda se deteriora irreversiblemente, ya sea como consecuencia de una enfermedad crónica, de un accidente, o de un infarto o (no importa la forma), va a liberar a la mariposa, es decir, a vuestra alma”.

Miguel Ángel Velasquez nos ha dejado y seguro que ya está sonriendo en su nueva vida, y seguro que es feliz, cómo lo fue aquí, dibujando, jugando, transmitido sus sensaciones a los niños en los colegios, riendo, siendo actor, siendo aventurero, participando en diversas actividades culturales de Tomelloso, etc... .

Aquí nos dejó trabajo por hacer y hay que ponerse a trabajar desde ya, porque me lo transmitio en una conversación que me entristeció profundamente.

Sus palabras fueron las siguientes: "- Estoy muy solo, y aburrido, no tengo amigos, estoy abandonado.".

Y es que el 97 % de las personas con discapacidad no tienen amigos, y es que las personas con discapacidad no tienen tiempo para compartir momentos con amigos. 

Sabías que la amistad es la única relación que requiere de la conexión de las dos personas y que se va colando en nuestras vidas y se va consolidando, a través del roce, de las miradas, del lento compartir de lo que tenemos. Dicen los sabios que con un amigo se conquistaría el mundo. Y así lo dijo Aristóteles: "Sin amigos nadie elegiría la vida".

Hagamos que la vida de Miguel Ángel Velasquez sirva para algo, honremos su memoria y empecemos a hacernos amigos de las personas con discapacidad.

Ánimo y buena suerte.


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