Sostiene Javier Escudero Buendía en su nuevo libro que Miguel de Cervantes era negociante, al igual que sus abuelos y padres; un “bróker aficionado a escribir”, afirma con cierta sorna el investigador. “Intentó, primero, alcanzar el sueño americano» y ser corregidor, y desde 1599 hasta su muerte fue hombre de negocios”.
Este inquieto doctor en Humanidades, archivero de profesión y experto cervantino, acaba de publicar ‘Eso no estaba en mi libro de Miguel de Cervantes’ donde vuelve a cuestionar algunas teorías y datos sobre la vida y obra del gran genio de la literatura. La Voz ha hablado con este socuellamino que echó raíces en Tomelloso y que actualmente reside en Cuenca.
-Usted sigue empeñado en romper moldes y poner patas arriba muchas teorías sobre la vida de Cervantes, en síntesis ¿qué hilo conductor sigue su nuevo libro?
-La mayor parte de las biografías de Cervantes son cronológicas y siempre repiten los mismos mantras. Hay muchos pasajes de la vida de Cervantes como el lugar de nacimiento, su juventud, donde estudió, la educación que recibió de la que apenas sabemos nada. Y lo que se sabe es prácticamente inventado, no está basado en ningún tipo de documentación.
-Asegura que en la obra de Cervantes influye mucho su familia, amigos, su profesión, el lugar geográfico y….sus enemigos ¿tenía muchos Cervantes?
-Sí, sí, muchísimos. Una de las pocas cosas buenas que los cervantistas dicen de mí (risas) es que siempre intento ofrecer una visión global, es decir, además del Quijote, investigo en otras muchas obras que tiene Cervantes. El hispanismo se centra mucho en el cautiverio de Cervantes, en lo morisco y su etapa de soldado, siempre se habla de esto. Pero hay otros muchos aspectos que influyen en la obra, empezando por su familia y siguiendo por su profesión (fue corregidor en América y luego prestamista), la imagen que tuvo de su abuelo que fue también corregidor, las mujeres de su familia, todos sus amigos que fueron cambiando según donde residía o intereses. Y luego, efectivamente, los enemigos, principalmente los de Lope de Vega y su entorno. Algunas obras de Cervantes apuntan claramente a Lope de Vega.
-¿Se podría decir que Cervantes actuaba como un fabulador moderno?
-Exacto. Cogía cuentos tradicionales y los trasladaba a su época. Hay un montón de leyendas y cuentos folklóricos y tradicionales los lleva y recrea en su época, mezclándolos con personas de carne y hueso y hechos y sucesos totalmente reales.
-Ha enfocado su biografía no de forma cronológica, sino por temas ¿cuál ha sido la razón?
-Desde la editorial me aconsejaron que era mucho mejor hacerlo así y estuve totalmente de acuerdo porque mi idea era la misma. Los enfoques cronológicos han repetido siempre lo mismo, olvidando algo esencial en toda biografía que es cómo influye su vida personal en sus narraciones. Queremos saber cosas de Cervantes para ver cómo se acaban reflejando en sus escritos, esto es lo principal. Hay que ver cómo influyeron en sus textos sus amigos, los lugares donde vivió, sus amigos, las mujeres que le rodeaban, los mercaderes genoveses o personajes toledanos con los que se relacionaba. La obra de Cervantes es mucho más autobiográfica de lo que se creía. Muchos de sus personajes existieron y los conoció, ya fueran amigos o enemigos a los que luego ridiculizaba en sus obras.
-Sorprende también ese apelativo de “bróker que escribe”
-Cervantes nunca fue un escritor profesional. Intentó vivir del teatro, que era lo único que podía dar dinero en la época, pero no pudo. Su abuelo y también sus padres se dedicaban a dar préstamos y hacer compra ventas. Y esa herencia de empresario y los negocios siempre estuvieron muy presentes en su vida.
-De hecho en el libro hace un listado de los amigos de Cervantes, muchos de ellos vinculados a la literatura, pero también a los negocios ¿no es así?
-Claro. Todos sus amigos son gente que tienen cultura y escribe, pero al mismo tiempo tienen negocios. Hay mercaderes genoveses y mercaderes portugueses que era la gente con la que se movía y relacionaba para intercambiar dinero. De ahí lo de bróker que escribe. La escritura le permitió a Cervantes ascender socialmente, pero cuando vio que no le daba dinero la medio abandonó. De hecho, tardó veinte años en escribir el Quijote. Era más un hombre de negocios que escritor, un negociante que por las noches escribía.
-Resulta muy interesante el capítulo que dedica a investigar sobre las inclinaciones religiosas de Cervantes ¿qué nos puede decir sobre este aspecto?
-Cervantes, a nivel externo, era un católico modélico, se hizo de la Orden de San Francisco, fue contrarreformista y murió como religioso. De lo contrario no podría haber entrado en la Corte y otros círculos de prestigio social. Ahora bien, buscando en sus textos aparecen otras vertientes. En base a esto hay quien dice que fue eramista y otra autora barcelonesa dice encontrar muchos elementos y personajes protestantes. Yo también los he encontrado y eso demuestra que Cervantes era un escritor bastante polémico. Claro, al leer a Cervantes ahora, no tenemos esa perspectiva y no lo sabemos interpretar.
-Y la atosigante censura de entonces ¿no molestaba a Cervantes?
-Cuando sus Novelas Ejemplares pasaron la censura no le dijeron absolutamente nada, pero otras obras si las censuraron y cambiaron nombres como, por ejemplo, la señora Cornelia, porque metía tramas y personajes que eran herejes y en Persiles mete a judíos con nombres muy curiosos y otros que yo llamo personajes de frontera que cambián continuamente de religión. A él le atraen este tipo de personajes, le interesan. La paradoja es que habla de estos personajes, un poco discordantes en la época, pero a la vez también habla de Santos.
-En otro pasaje habla de las ideas políticas del escritor…
-Nos dan pistas los personajes con los que se relaciona y lo que escribe. Parece ser que primero fue castellanista. Entonces estaban los castellanistas, que eran más cerrados y expresaban su apoyo a la inquisición y los papistas que eran más internacionalistas y abiertos. Cervantes parece ser que evolucionó de castellanista a papista. Le lanza muchos dardos a Felipe II. En una novela, “Las dos doncellas”, dos personajes son condenados a muerte y enemigos del rey, y Cervantes habla bien de ellos. Es una crítica contra la monarquía brutal, con mucha carga de profundidad. Incluso en La Galatea también critica algunas políticas de Felipe II, sobre todo las relacionadas con los cautivos en África.
-Ya son varios libros en los que usted rebate teorías sobre Cervantes ¿qué reacciones le están llegando?
-Solamente han salido dos libros. Y ahora saldrán nuevos trabajos sobre personajes de otras novelas para ver cómo reacciona la gente. No es poner en duda la creatividad de un genio, sino de entender que tiene esa capa folklórica y de realismo. La mayor parte de lo que habla son cosas que le contaban y que él novelaba.
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Lunes, 5 de Mayo del 2025
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