Impresiona,
desde abajo,
las jerarquías y el mandar;
las diferencias adquiridas y la barrera social que crea el poder de conquistar.
Sorprende,
desde abajo,
la zancadilla y la omisión,
el privilegio y el estancamiento general.
Descoloca,
desde abajo,
que le deseo no tenga fin,
que las ansias no acaben,
que la prepotencia se torne
a la vez, cotidiana y radical.
Sobrecoge,
desde abajo,
la vanidad y los aires de eternidad
de quienes parecen habitar 'esta vida para siempre'.
Fascina,
desde abajo,
el vacile general y
la chulería del orquestado social.
Horroriza,
desde abajo,
la ansiedad y el malestar,
los desahucios y suicidios acallados,
las casas cerradas, las casas sin dueño.
Estremece,
desde abajo la salud mental
tan sospechosamente vinculada
a la pobreza y el malestar social.
La genética no resuelve lo que el maltrato intenta acallar.
Angustia,
desde debajo de la alfombra
ver todo esto , además sin sospechar,
que hay arriba, y sin mirar,
quien poca humanidad barre las sobras
del desecho social.
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Jueves, 25 de Septiembre del 2025
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