“Cuidado con las engaños y timos, que se ofrecen a través de Internet. Estamos asistiendo al desarrollo de máquinas que trabajan y toman decisiones por nosotros, que llegan a predecir nuestros comportamientos, que además responden a nuestras preguntas con encantamiento seductor”.
En un momento en el que estamos cada vez más inmersos
en territorios de dominación, empedrados por la imperio de la frialdad de las
autopistas tecnológicas, nos conviene despertar, porque cuando las personas no
se tratan entre sí como seres con corazón, sino como meras expresiones
interesadas, en lugar de propiciar el encuentro, para que se promueva el
hermanamiento y la paz entre pulsos distintos, lo que suele activarse es la
polarización y el extremismo, con lenguajes de indiferencia y abecedarios
absurdos. Así pues, es cada vez más urgente y preciso hacer de la complacencia digital
una prioridad nacional de salud pública, regulando el diseño de las plataformas
para limitar las funciones adictivas y nocivas, capacitando al personal
sanitario para orientar a la ciudadanía sobre un uso seguro.
Justamente, un informe reciente publicado por la OMS, subraya
como un riego para la salud mental, sobre todo en niños y adolescentes, tanto
las redes sociales como las plataformas impulsadas por la inteligencia
artificial. La exposición al ciberacoso, los estándares corporales poco
realistas, los contenidos dañinos y el marketing maléfico están ahí, cada día
más extendidos y poco regulados. Los diversos análisis indican que, aunque se
están tomando medidas, hay poco acuerdo sobre quién debe asumir el compromiso.
Quizás deba ser conjunto, iniciándose en el propio hogar, pero incluso oyendo a
los jóvenes y al sector industrial, exigiendo responsabilidades a los intereses
comerciales. Asimismo, la violencia es algo que nos afecta en línea, pero a la
par en el día a día.
Cuidado con las engaños y timos, que se ofrecen a
través de Internet. Estamos asistiendo al desarrollo de máquinas que trabajan y
toman decisiones por nosotros, que llegan a predecir nuestros comportamientos,
que además responden a nuestras
preguntas con encantamiento seductor. Será saludable, por consiguiente, para
toda la humanidad, hacer un llamamiento a los gobiernos, así como a todos los
sectores implicados, que den un paso hacia adelante, en la creación de entornos
digitales que cuiden, en lugar de abandonar o descuidar, el bienestar de
nuestras generaciones más jóvenes. Activemos los espacios físicos, no
únicamente los digitales. Jamás borremos de la memoria, la necesidad de mirarnos
frente a frente, para redescubrirnos y evitar trampas.
No hay otra forma de aprender, que tomar como referente
aquel que tuvo compasión con nosotros. Sin duda, las personas más pobres son
las más desatendidas; de ahí, la importancia de reorganizar los entornos con la
clemencia necesaria, como las moradas, las comunidades, las escuelas, los
lugares de trabajo, los servicios de atención a la salud o el medio natural. Por
otra parte, la brecha de las redes sociales se ensancha cada día más. Las
plataformas que prometieron hacer familia y conectar más a la gente, han
acentuado diversas formas de división. Para humanizar los ambientes digitales,
no debemos arrinconar tampoco a los que se quedan atrás. Ojalá aprendamos a ser
comunicadores de encuentros, nunca de encontronazos, pues todo comienza con la
capacidad de atender y entender.
Desde luego, si tenemos presente que nos estamos
conectando con otras personas detrás de la pantalla, o con programas
automáticos que operan llevando a cabo programas asignados, la práctica de la
escucha puede extender la acogida a las crónicas de los demás y comenzar a
fraguar pertenencias, desde el discernimiento. Reconocer a nuestro prójimo
digital es descubrir que la vida de todo ser humano nos concierne, lo que nos
demanda no sólo a compartir ideas, a concretar acciones igualmente, que son las
que en realidad nos fecundan. Es lógico, en consecuencia, activar el signo de
la evidencia como tejedores de aproximación física o anímica; poniendo en común
nuestros talentos, de buen fondo y de igual forma, pero también haciéndolo cuerpo
a cuerpo y mirándonos a los ojos.
Víctor
CORCOBA HERRERO/ Escritor
25
de mayo de 2025.-
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Miércoles, 28 de Mayo del 2025
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Jueves, 29 de Mayo del 2025
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